BRASILIA.- Indígenas brasileños solicitaron a un enviado de la ONU que interceda para lograr que se les entreguen tierras y detener la ola de violencia de la que son víctimas. Caciques de la etnia guaraní-kaiowa se reunieron ayer con James Anaya, enviado de la ONU, en el municipio de Dourados, Mato Grosso do Sul, región central de Brasil.
El indígena José Nunes dijo que "vivimos días terribles" y pidió la intervención de la ONU para que "la demarcación de tierras prometidas por el presidente Lula acontezca".
El cacique Getulio Oliveira entregó una carta al funcionario en la cual denunció "la invasión silenciosa y creciente de la reserva (ubicada en Dourados) que posee 3.500 hectáreas y es habitada por 3.500 kaiowas".
La creciente presencia de blancos en la reserva, dijo el cacique, motivó el aumento de la violencia.
"Tuvimos este año 60 asesinatos, 24 suicidios, estupros, asaltos a mano armada, tráfico de drogas" enumeró.
James Anaya, que es relator de la ONU para Derechos Humanos y Libertades Fundamentales de los Pueblos Indígenas, expresó preocupación ante las denuncias recibidas.
"Tengo la misión de verificar personalmente estas denuncias y hacer un informe para que la ONU pueda realizar las gestiones necesarias buscando soluciones a problemas constatados", dijo Anaya, informó la agencia Estado.
Anaya también visitó el estado de Roraima, donde observó la tensión entre agricultores e indígenas que habitan la Reserva Raposa Serra do Sol, fronteriza con Venezuela y Guayana.