KABUL.- Las tropas de la coalición liderada por Estados Unidos mataron a más de 220 supuestos milicianos talibanes en una operación al sur de Afganistán la semana pasada, informó hoy el ejército estadounidense, la mayor cifra de bajas insurgentes en los últimos tiempos.
Varios residentes contaron a un cronista de Reuters vía telefónica que más de 70 civiles murieron en bombardeos aéreos de fuerzas extranjeras en el distrito Sangin, en la provincia de Helmand.
"La operación ha concluido en gran parte. Las tropas mataron a más de 220 milicianos", dijo el portavoz del ejército estadounidense Nathan Perry, quien manifestó no estar al tanto de bajas civiles.
La violencia en Afganistán ha crecido este año hasta su peor nivel, en el que es el período más sangriento desde que en el 2001 fue derrocado el régimen talibán, y crece el malhumor social por la creciente cantidad de víctimas civiles.
La operación de cuatro días en Helmand fue lanzada luego de que milicianos atacaron un convoy militar que transportaba equipos para una represa hidroeléctrica en el área de Kajaki.
"Las Fuerzas de Se Seguridad Nacional Afganas y las fuerzas de la coalición fueron atacadas repetidamente con armas pequeñas y fuego pesado durante múltiples enfrentamientos", expresó el ejército estadounidense en un comunicado.
"Los soldados respondieron con fuego de armas livianas, armas pesadas, y respaldo aéreo, eliminando las amenazas combatientes", agregó.
No hubo bajas militares en los combates en el área entre los distritos Sangin y Kajaki, dijo Perry.
No había portavoces de la insurgencia talibán disponibles para hacer comentarios, lo que dificulta evaluar la consecuencia de 220 bajas en sus filas. En el pasado han acusado a las fuerzas extranjeras de exagerar en sus cálculos.
Crece el descontento
En tanto, cientos de manifestantes bloqueaban el lunes una ruta en Kabul acusando a tropas lideradas por Estados Unidos de matar a tres miembros de una familia -incluidos dos niños-, en un asalto más temprano en el día.
Funcionarios militares de la OTAN y de Estados Unidos no pudieron ser localizados para comentar la acusación, el último de una serie de indicentes que han enfurecido a los afganos y provocó una división entre el Gobierno y las tropas extranjeras.
Vecinos dijeron que las tropas lideradas por Estados Unidos llevaron a cabo un asalto antes del amanecer en el área de Hud Kheil en un distrito oriental de Kabul, matando a un hombre identificado como Noorullah y a dos de sus hijos.
"¿Estos dos niños eran parte de Al-Qaeda?", gritaba un vecino enojado mientras los cadáveres eran trasladados para su entierro.
Otro vecino, de nombre Sulaiman, dijo que los pobladores del lugar no esperaban nada del Gobierno "porque nosotros no tenemos un gobierno".
Manifestantes enojados quemaron neumáticos en la autopista Kabul-Jalalabad, que une Afganistán con Pakistán.