DETROIT.- Uno no puede elegir la fecha de su cumpleaños. La gigante automotriz estadounidense General Motors (GM) festeja sus 100 años de existencia inmersa en su peor crisis con pérdidas récord de cifras millonarias.
Para su aniversario, el grupo se enfrenta a una bifurcación en su camino: "Entramos a nuestro segundo siglo en un período de transformación fundamental de la industria automotriz", sostuvo el presidente de GM, Rick Wagoner.
Sin embargo, por cuánto tiempo permanecerá Wagoner al volante de GM en su camino hacia la incertidumbre es para los observadores del sector una pregunta sin respuesta. Y muchos expertos ya no descartan siquiera totalmente la declaración de quiebra de la empresa.
Las crisis acompañaron al tradicional grupo casi desde sus comienzos. El 16 de septiembre de 1908 el millonario fabricante de carretas William Durant fundó en Flint, estado de Michigan, la General Motors Corporation.
Durant ya controlaba la marca Buick y poco después agregó la marca Oldsmobile, el comienzo de una familia de marcas de automóviles sin precedentes.
Luego llegaría el eslogan: "Autos para cada propósito y para cada bolsillo". Una pesada herencia, porque, según los expertos, GM padece actualmente por la desconcertante diversidad ofrecida a sus clientes.
"Las marcas de GM como Chevrolet o Cadillac existirán por sí solas en 100 años, pero la pregunta es si existirá la empresa GM en la forma actual", indicó el especialista Willi Dietz del Instituto de Economía Automotriz en la ciudad alemana de Geislingen.
Con crecimiento vertiginoso, ya en 1910 GM se encontró por primera vez frente al colapso. Los bancos le dieron una mano. Con dinero fresco, GM se expandió hasta convertirse en uno de los gigantes industriales de Estados Unidos y del mundo: en poco tiempo se encontraban 20 fabricantes de automóviles, entre ellos Cadillac, Chevrolet, Pontiac, proveedores y empresas emparentadas bajo el cobijo del grupo.
En 1923, GM logró dar el salto a Europa y abrió en la danesa Copenhague su primer taller en el Viejo Continente. Dos años después, GM compró la fabricante británica Vauxhall. Y en 1929 los estadounidenses tomaron el control de la alemana Opel. Sesenta años después entraron también en Saab, de Suecia.
El viejo matrimonio" de GM y Opel atravesó de todo. La distancia cultural pronto trajo problemas. Su premisa: grandes cantidades para mantener bajos costos.
Esta estrategia fue en contra de la calidad. Los defectos y las averías se acumularon, el buen nombre "Opel-La confiable" desaparecía. La participación del mercado en Alemania cayó de más de 17 por ciento en 1993 a la actual del 9 por ciento.
Hijo problema
Últimamente, Opel se transformó sin embargo de hijo problemático a portador de esperanza de todo el grupo. Luego de varios años de pérdidas en Europa, GM sacó el freno de mano y prescribió a Opel un durísimo programa de saneamiento con una reducción de alrededor de 9.000 puestos de trabajo.
El recorte hizo nuevamente rentable a la automotriz. Además, Opel tiene dentro de su programa de desarrollo modelos de autos pequeños, competencia en el segmento diesel y plataformas de contrucción livianas que pueden ayudar a su empresa madre en Estados Unidos.
GM lo comprendió y aportará a su filial alemana 9.000 millones de euros hasta el año
2012. "Son inversiones en los talleres, en nuevos modelos y en el esfuerzo de desarrollo", indicó el presidente de GM- Europa, Carl-Peter Forster. Los expertos del sector esperan que, a pesar de las pérdidas de GM, se comprometan a cumplir el programa de inversiones.
Por el contrario, en el mercado local, GM se quedó completamente dormida con sus planes a futuro, al igual que sus competidoras Ford y Chrysler. Por mucho tiempo, los vehículos todoterreno y las comionetas produjeron hartas ganancias. Pero en vista al alto precio de la gasolina y la crisis crediticia, los estadounidenses quieren ahora autos pequeños y económicos.
El gran rival Toyota aventajó a GM en su propio país y festejó con su modelo híbrido Prius un éxito de imagen. Para colmo, teniendo en cuenta las ventas, los japones superaron recientemente al grupo estadounidense como mayor frabricante mundial de vehículos, puesto que ostentó GM durante 75 años. Gracias a eso, el competidor se volvió rentable. En tanto, GM lucha contra pérdidas millonarias. Por lo pronto, las ganancias no están a la vista.
En los años 70, casi uno de cada dos autos vendidos en Estados Unidos era de GM, desde un Chevy hasta el modelo de culto Corvette. Actualmente, la participación de mercado de GM es del 20 por ciento.
En la década pasada, GM vivió una crisis tras otra, cerró talleres en muchas oleadas y redujo 10.000 puestos de trabajo. Símbolo del deterioro es la decadente ciudad automotriz Detroit ubicada al noreste de Estados Unidos, antaño ícono de la industria y todavía cuna de las tres fabricantes de vehículos más grandes de Estados Unidos.
GM busca su salvación, como casi todos los productores tradicionales, en los países de rápido crecimiento como India, China, Brasil y Rusia con cifras de ventas en alza. "En el futuro, nuestro mapa se verá muy diferente", profetizó Wagoner, que está al frente de GM desde el año 2000.
El gran cambio lo darán los autos ecológicos: actualmente el proyecto de mayor prestigio es el del auto eléctrico Volt, desarrollado por el ingeniero estrella alemán de GM, Frank Weber. El auto deberá salir al mercado estadounidense en 2010 y un par de años más tarde aparecerá como un modelo de Opel en el mercado europeo.