BASE MILITAR SPEICHER, IRAK.- Un Tribunal militar estadounidense comenzó a estudiar el sábado en Irak los cargos que se le imputan a un sargento estadounidense sospechoso de matar en mayo a un iraquí y luego quemar su cuerpo con una granada.
El sargento Hal Warner, oriundo del estado de Oklahoma, está acusado junto al teniente Michael Behanna de haber matado a Alí Mansur Mohammed, un iraquí detenido en mayo por ambos uniformados estadounidenses.
El juicio contra Behenna comenzará el 20 de septiembre.
Ambos comparecerán ante un tribunal militar en la base Speicher, cerca de Tikrit, a 180 kilómetros al norte de Bagdad. Esa instancia decidirá luego si envía el caso a una corte marcial o no.
El sargento Warner está acusado de asesinato premeditado, agresión, falso testimonio y obstrucción a la Justicia.
Los hechos que se imputan a ambos militares datan del 5 de mayo, luego de la detención en su domicilio de Mohammed, en Tikrit. Después de golpearlo, Mohammed fue detenido hasta el 16 de mayo, fecha en la que debería haber sido liberado.
Según la acusación, el sargento y el teniente golpearon a Mohammed y luego prendieron fuego a su cuerpo con una granada que provoca un aumento intenso de la temperatura.
Los uniformados colocaron la granada debajo de la cabeza del detenido, cuyo cuerpo fue hallado el 17 de mayo debajo de un puente, desnudo, con el rostro parcialmente quemado y en un charco de sangre, según el policía que lo encontró.
Varios miembros del batallón de Behenna declararon este sábado ante el tribunal militar y confirmaron que sólo uno de los dos prisioneros fue liberado en un puesto de las milicias que luchan contra Al-Qaeda.
El batallón continuó su camino hasta un puente cercano a Baiji, según el cabo Cody Atkinson, presente el día de los hechos.
Éste aseguró haber visto "al teniente Behenna sacar a Alí Mansur del vehículo militar e irse con el sargento Warner" bajo el puente, de donde los dos militares regresaron minutos más tarde sin el prisionero.
Atkinson y el sargento Milton Sánchez coincidieron al denunciar que los dos oficiales dieron la orden a sus hombres de hacer una falsa declaración confirmando la liberación de los dos prisioneros.
El Ejército estadounidense está involucrado en una serie de escándalos en los que sus soldados son sospechosos de haber matado o maltratado a civiles iraquíes a sangre fría.
Aún prosigue el juicio por la matanza de Haditha, el peor crimen de guerra que se reprocha a los estadounidenses en Irak.
En noviembre de 2005, en la localidad de Haditha, un grupo de marines mató a 24 civiles iraquíes, tras la muerte de un soldado provocada por una bomba de fabricación casera.