LOURDES, Francia.- El Papa Benedicto XVI celebró hoy una multitudinaria misa en Lourdes, centro de peregrinaje católico en los Pirineos franceses, en conmemoración de los 150 años de las apariciones de la Virgen María en esta localidad.
Durante la misa, uno de los puntos cúlmine de su visita de cuatro días a Francia, Benedicto llamó a los católicos a renovar el "espíritu misionero": "Al volcarse a Dios, el hombre se encuentra a sí mismo", dijo ante unos 100.000 fieles.
Dios "nos dijo que, en el mundo hay un amor más fuerte que nuestras flaquezas y nuestros pecados", declaró el Papa durante la misa.
Benedicto XVI denunció y "confió" a la Virgen "las humillaciones y las discriminaciones, las torturas sufridas por amor de Cristo en numerosas regiones del mundo por tantos hermanos y hermanas ".
La Virgen, "estrella de la esperanza, ha llegado a Lourdes para recordar el misterio de la universalidad del amor", cuando se apareció a la pequeña Bernardette Soubirous en 1858, según el Papa.
"María eligió (a Bernardette) para transmitir su mensaje (...) conforme a la palabra de Jesús: ’Lo que ocultaste a los sabios, lo revelaste a los pequeños’", dijo Benedicto XVI, recordando que Bernardette Soubirous era "la primogénita de una familia muy pobre".
El alemán fue recibido con entusiasmo en la plaza donde se celebró el oficio, situada cerca de la gruta donde hace 150 años la Virgen María fue vista por Bernadette Soubirous.
El papamóvil atravesó lentamente la multitud durante unos 20 minutos y se detuvo en varias ocasiones para que el pontífice bendijera a los niños que le acercaban al vehículo.
Benedicto también pidió a los jóvenes que no se dejen apartar del camino de la fe: "Quien se deja absorber por sus tareas diarias descuida la oración", advirtió.
En vista de la falta de clérigos, el Sumo Pontífice volvió a alentar a quienes quieran dedicar su vida a la iglesia. Con respecto a los que están llamados a formar una pareja, les deseó "la experiencia de un amor profundo y verdadero".
Benedicto se reunirá esta tarde con los obispos franceses para tratar los problemas que atraviesa la iglesia en el país. Mañana lunes pondrá fin al décimo viaje al extranjero de su pontificado y retornará a Roma.
