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Santiago: Domingo 14 de diciembre del 2025 | Actualizado 22:01
LA PAZ.- El Gobierno y cuatro prefecturas de oposición sostienen esfuerzos para negociar un acuerdo político que permita pacificar Bolivia, pese a que el Presidente Evo Morales advirtió que la nueva Carta Magna, uno de los ejes del diálogo, se aprobará "a buenas o a malas".
El viceministro de Descentralización, Fabián Yaksic, dijo que equipos técnicos del poder Ejecutivo y las prefecturas retomaron este domingo sus reuniones en la ciudad de Cochabamba (centro), con la tarea de redactar un documento base que pase a consideración de las autoridades.
"Se han reinstalado este domingo las mesas técnicas que trabajan activamente", afirmó el funcionario, quien acotó que sus componentes pidieron "dos o tres días más" para elaborar documentos finales, lo que obligó a que se pospusiera la cita del Presidente Evo Morales y los prefectos, inicialmente fijada para mañana.
El Jefe de Estado y los prefectos (gobernadores) Rubén Costas (Santa Cruz), Savina Cuéllar (Chuquisaca), Mario Cossío (Tarija) y Ernesto Suárez (Beni) tenían previsto reunirse el lunes por tercera vez en la ciudad de Cochabamba (centro), pero esa reunión se postergó.
Morales y los gobernadores abrieron hace una semana una negociación para concertar la aprobación y aplicación de la nueva Constitución, las autonomías departamentales, la redistribución de fondos públicos nacidos de un impuesto petrolero y el pago de una bonificación anual a los ancianos con esos recursos.
Las conversaciones se desarrollan en dos niveles: uno entre el Presidente y los cuatro prefectos y otro en mesas técnicas con representantes de ambos bandos, que tienen la misión de concertar sugerencias sobre los asuntos polémicos para que sean ratificados de los gobernantes.
"Hasta el momento, ya se tienen establecidos ciertos consensos entre las visiones del oficialismo y de la oposición", afirmó Juan Carlos Urenda, asesor de la gobernación de Santa Cruz, y dijo que se necesita "una semana más" para tratar de completar un mapa de entendimientos.
Las divergencias sobre la nueva Carta Magna, los ajustes que se le harían a esta norma y la modalidad de funcionamiento de las autonomías en los departamentos han impedido hasta ahora que las conversaciones -seguidas por veedores de la ONU, la OEA, la Unión Europea, Unasur y las iglesias católica y protestante- desembocaran en un acuerdo.
Empero, las conversaciones se realizan en medio de la amenaza del presidente Morales, quien dijo el sábado que la nueva ley fundamental, uno de los ejes sobre el cual giran las conversaciones, se aprobará en un referendo aún sin fecha "a buenas o a malas".
Asimismo, los sindicatos campesinos y obreros, la columna vertebral del Gobierno de La Paz, conminaron a los prefectos a firmar antes del próximo 15 de octubre un acuerdo que permita zanjar la crisis política.
Para forzar la aprobación de la nueva Carta Magna, vital para consolidar los planes gubernamentales, las organizaciones laborales oficialistas también anunciaron que el próximo lunes 13 de octubre comenzarán una marcha a La Paz, desde una comarca andina situada 200 km al sur de la capital.
La caminata culminará en un cerco al Congreso, en la capital política de Bolivia, para que este poder apruebe la ley de convocatoria a referendo, agregaron.
La presión sobre el Parlamento tiene el objetivo de desanimar a partidos de derecha y centroderecha a bloquear el llamado a consulta que los oficialistas exigen para los primeros meses de 2009.
La oposición rechaza la Constitución porque -dice- carece de consenso, contiene excesivos condimentos indigenistas y estatistas y permite la reelección de Morales por 10 años más, pese a que su mandato concluye en enero de 2011.
