El cuerpo de Luis Santiago Lozano fue velado en la parroquia de Santa Lucía, el principal templo católico de Chía.
EFEBOGOTÁ.- Un minuto de silencio abrió hoy en Chía los actos de despedida del bebé de 11 meses secuestrado y asesinado por su padre en esa población vecina a la capital colombiana.
El gesto de solidaridad fue acogido en muchos lugares de Colombia, país que se conmovió ayer con el hallazgo sin vida de Luis Santiago Lozano tras seis días de incertidumbre sobre su paradero.
Un grupo policial de elite contra el secuestro encontró el cadáver en las montañas de Chía, envuelto en un saco plástico y cubierto con las prendas que vestía el pasado 24 de septiembre, día en el que una pareja se lo arrebató a su madre.
El secuestro fue ordenado por Orlando Pelayo Rincón, padre biológico del niño, como lo confesó el inductor del crimen a las autoridades judiciales que lo detuvieron e interrogaron el pasado fin de semana, cuando fue sometido a una prueba de polígrafo.
El minuto de silencio "debe entenderse como una expresión de rechazo", dijo el alcalde de Bogotá, el izquierdista Samuel Moreno, desde la Plaza de Bolívar, en el centro histórico de la ciudad.
Moreno se confundió en la plaza con centenares de ciudadanos que se adhirieron a esta jornada de solidaridad y protesta, que tuvo como eje Chía, distante menos de 20 kilómetros al norte de Bogotá.
La bandera tricolor de Colombia a media asta y con una cinta blanca dominaba en las calles de esta población, a la que el Presidente colombiano, Álvaro Uribe, se desplazó anoche para visitar junto a su esposa, Lina Moreno, a Clara Lozano, la madre del bebé.
"Éste es un momento de mucho dolor", dijo Uribe a la salida del hospital local en el que se hallaba la mujer, abatida por una crisis después de informarse del desenlace fatal.
Sus padres, Juan Lozano y Carmen Helman, la recogieron para las honras fúnebres de Luis Santiago.
El féretro con los despojos del bebé fue trasladado a primera hora de hoy a la parroquia de Santa Lucía, el templo católico central de Chía, donde permanecía en cámara ardiente.
El abuelo Lozano dijo a la prensa que: "Sé que (el bebé) está en la gloria".
Las ceremonias coincidieron con la comparecencia, ante las autoridades de Chía, de los tres implicados en el crimen.
Además de Pelayo, con el caso están vinculados y detenidos Marta Lucía Garzón y su compañero Jorge Orlando Ovalle.
Pelayo les pagó a ambos 500.000 pesos (poco más de 230 dólares) para que secuestraran y desaparecieran al bebé, cuya mantención buscó evadir de esta manera.
El bebé de Chía es el segundo niño que ha sido asesinado este año por secuestradores en Colombia.
Según los registros policiales, en el país han sido hechos cautivos 62 menores de edad en lo que va de 2008, cifra que ya supera el número de casos de 2007, que fue de 60.