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Los austríacos entre la incredulidad y el asombro ante la muerte de líder político

"Hoy en Carintia no sale el sol, los relojes se han detenido esta noche", dijo el vicegobernador de Carintia, Gerhard Dörfler,

11 de Octubre de 2008 | 05:32 | EFE

VIENA.- Los austríacos reaccionaron hoy entre la incredulidad y el asombro al conocer la muerte en accidente automovilístico de Jörg Haider, el controvertido líder histórico de la derecha populista y uno de los políticos más influyentes del país.


"Hoy en Carintia no sale el sol, los relojes se han detenido esta noche", dijo el vicegobernador de Carintia, Gerhard Dörfler, que ha asumido provisionalmente el cargo de jefe regional, vacante con la muerte de Haider.


Este político denostado y amado sin matices, encarnó el ascenso de la ultraderecha en Austria, que en las elecciones legislativas del pasado 28 de septiembre alcanzó casi un tercio de los votos, divididos entre el Partido Liberal (FPÖ) y la Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ).


Ambas formaciones fueron modeladas a su imagen, que ha dejado también una gran huella en la política austríaca, dominada hasta su irrupción como líder del FPÖ en 1986 por los dos partidos mayoritarios, el socialdemócrata (SPÖ) y el Popular (ÖVP, conservador).


El gobernador de Carintia y líder del BZÖ, de 58 años, murió hacia las 1.30 horas de hoy (23.30 GMT del viernes) después de sufrir graves heridas a consecuencia del fuerte impacto de su vehículo contra un pilar de hormigón y dar varias vueltas de campana.


Al parecer Haider perdió el control del Volkswagen Phaeton que conducía cuando trataba de hacer un adelantamiento en la localidad de Lambichl, al sur de Klagenfurt, cuando superaba los 70 kilómetros por hora permitidos en ese trayecto, según las estimaciones policiales.


El impacto "le causó gravísimas heridas en el pecho y la cabeza, tenía la columna vertebral probablemente rota, y el brazo izquierdo casi seccionado", explicó Thomas Koperna, del hospital de Klagenfurt, tras precisar que murió cuando acababa de llegar al centro.


"Esto es inconcebible, triste y muy trágico", dijo el portavoz de Haider, Stefan Petzner, entre lágrimas y con la voz entrecortada, después de haber descrito la muerte de su jefe de filas como "el fin del mundo".


Petzner había explicado que Haider iba a celebrar este fin de semana con su familia el 90 cumpleaños de su madre, que se había desplazado desde Alta Austria a Carintia para el festejo.


Lo celebridad de Haider se debe a su demagogia populista de tintes xenófobos y su ambigüedad respecto al nacionalsocialismo, pese a que en los últimos años moderó su discurso con el BZÖ para atraer a los votantes democristianos.


El político ultranacionalista era gobernador de Carintia desde 1999 con altas cotas de popularidad y fue presidente del Partido Liberal Austríaco desde 1986 hasta 2005, cuando se escindió de esta formación para crear el BZÖ.


La entrada del FPÖ en el año 2000 como segunda fuerza política con casi el 27 por ciento de los votos en el Gobierno austríaco encabezado por el conservador Wolfgang Schüssel desencadenó una medida única de 14 miembros de la Unión Europea (UE) contra uno de sus socios: congeló durante ocho meses los contactos bilaterales con la república alpina.


Sus ideas también han dejado huella en Carintia, donde había impuesto una polémica legislación urbanística -que pretendía expandir al resto del país- con la que se impedía edificar mezquitas y minaretes por representar "señales externas de poder" del islam.


Con el BZÖ Haider logró casi triplicar los votos en las elecciones parlamentarias del 28 de septiembre, obteniendo el 10,7 por ciento de los apoyos y pretendía entrar en un gobierno de coalición a tres bandas, para lo que se había ofrecido tanto a socialdemócratas como a democristianos.


Su muerte llena de incertidumbre el futuro de la formación, un proyecto personalista basado casi exclusivamente en su presencia política y ya han empezado las especulaciones de una fusión con el FPÖ.


El fallecimiento de Haider ha sido recibido con sorpresa y consternación por la clase política y tanto sus correligionarios como sus adversarios políticos, mostraron su pesar por el fallecimiento.


El canciller federal austríaco en funciones y ex jefe del SPÖ, Alfred Gusenbauer, manifestó "su profundo pesar" por la muerte de una persona que marca "un antes y un después" en la vida política del país.


Por su parte, el presidente austríaco, Heinz Fischer, calificó al fallecido de un "político de gran talento", que generó entusiasmo pero también críticas y fuertes debates.


Para Werner Faymann, líder del SPÖ que ganó en las pasadas legislativas y que se había negado a negociar un gobierno de coalición con Haider tras las elecciones parlamentarias del 28 de septiembre, este político fue excepcional al haber imprimido su sello más allá de Carintia.


Su vástago político, probable heredero y desde 2005 máximo rival en el espacio de la ultraderecha, Heinz-Christian Strache, presidente del FPÖ, dijo sentirse "muy afectado" y describió a su mentor como "una de las personas más influyentes de la II república austríaca".

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