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Mujeres trabajadoras poseen llave de prosperidad mundial

Que las mujeres tengan hijos y trabajen presenta un acertijo para los gobiernos, que ven en el género femenino una de las respuestas del crecimiento económico a largo plazo.

08 de Noviembre de 2008 | 08:01 | Reuters

BERLÍN.- Puede que un pitbull con lápiz labial no sea la idea de un modelo a seguir para las mujeres.

De hecho, muchas mujeres odian todo lo que representa la archi republicana ex candidata a vicepresidente de Estados Unidos Sarah Palin, incluso aunque estén fascinadas con su estilo de liderazgo práctico y bromas como la de comparar a las madres de hockey con perros de ataque con lápiz labial.

Pero ya sea que la amen o la odien, las mujeres de todo el mundo están fascinadas por el número de malabarismo de Palin entre aspirante a vicepresidente, gobernadora de Alaska y madre de cinco niños.

Combinar una carrera con la maternidad es una batalla que resulta familiar a millones de mujeres trabajadoras que a menudo son acusadas de no cuidar de sus hijos adecuadamente.

"Es realmente estresante tener una familia y mantener una carrera. A menudo me siento culpable", dijo Gill Thomas, una abogada de 43 años con una hija de dos y un hijo de cinco.

"Las guarderías están bien hasta que los niños se enferman. Es entonces cuando se torna una pesadilla y sí siento que mis colegas, mis familiares y amigos a veces reprueban mi estilo de vida", agregó.

Que las mujeres tengan hijos y trabajen presenta un acertijo para los gobiernos que han comenzado a darse cuenta de que el género femenino tiene la respuesta del doble desafío de lograr el crecimiento económico a largo plazo y elevar las bajas tasas de natalidad.

Reducir la brecha del empleo entre hombres y mujeres mejoraría dramáticamente las economías de los países de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en hasta un 13 por ciento en la zona euro e incluso más en Japón, según economistas de Goldman Sachs.

"Este es un tema que está inquietando a legisladores de todo el mundo", dijo Alison Maitland, una académica y escritora radicada en el Reino Unido especializada en mujeres de negocios.

"Hay una enorme brecha entre los talentos y destrezas de las mujeres y el uso de ese potencial. Requiere de un esfuerzo coordinado por parte de los gobiernos y el sector privado", agregó.

Además, las naciones con altas proporciones de mujeres con trabajo, como los estados nórdicos y Francia, tienden a tener altas tasas de natalidad.

Mientras tanto, países con menos mujeres en el ámbito laboral, como Italia y Japón, con frecuencia tienen menores tasas de natalidad.

"Madres cuervos"

A primera vista, Alemania, que hace tres años eligió a Angela Merkel como su primera Canciller femenina, es un ejemplo positivo, ya que tiene una proporción relativamente alta de mujeres en su fuerza de trabajo comparado con otras naciones de la OECD.
Pero una mirada más profunda revela una historia diferente.

No sólo 20 por ciento de las mujeres de entre 25 y 54 años trabajan menos de 20 horas semanales, sino que el índice de empleo maternal está por debajo del promedio de la OECD, según la analista del Deutsche Bank con sede en Frankfurt Claire Schaffnit-Chatterjee.

Merkel, que no tiene hijos, ejemplifica esta tendencia que podría ayudar a explicar por qué las mujeres de Alemania representan sólo un cuarto de los altos gerentes y un tercio de sus legisladores federales.

Además de eso, la tasa de natalidad de Alemania es una de las más bajas de la Unión Europea.

El Gobierno, alarmado ante la demografía que implica una menor fuerza de trabajo y una creciente dependencia de trabajadores inmigrantes además de los siderales costos de jubilación y salud, ahora ofrece incentivos financieros para que las mujeres tengan más hijos.

Pero el reto mayor es el cambio de mentalidad. Las madres que trabajan a menudo son ridiculizadas como "Rabenmuetter" o "madres cuervo", sugiriendo que echan a sus hijos del nido demasiado pronto.

"Es algo muy arraigado en la cultura alemana que la madre debe principalmente encargarse del cuidado de los hijos", comentó Schaffnit-Chatterjee, quien tuvo que posponer el regreso al trabajo debido a una falta de guarderías infantiles adecuadas.

Las mujeres que planean regresar a sus carreras cuando sus hijos comienzan la escuela se ven frustradas por un sistema de educación que hace que les resulte difícil mantener trabajos de tiempo completo.

El viejo dicho sobre el rol de las mujeres: "Niños, iglesia, cocina", todavía suena bien para un gran número de alemanes, hombres y mujeres por igual.

Atención infantil subsidiada

"No sirve que los gobiernos inviertan dinero en la atención infantil subsidiada", dijo Maitland, señalando que Japón también había intentado ese método y había fracasado.
"No es lo que las mujeres quieren hacer. Estos gobiernos simplemente no entienden que las mujeres quieren trabajar", agregó.

Forzadas a elegir, las mujeres en los países del primer mundo tienden a optar por sus trabajos en lugar de por hijos, según economistas, y aquellas que no están empleadas tienen menos dinero, lo que en sí mismo constituye un obstáculo para tener una familia.
"Disfruto de mi empleo, que implica muchos viajes y, aunque no haya habido una elección consciente, con los años me he concentrado en mi trabajo y ahora dudo que tenga hijos", explicó Lucy Ward, de 39 años, quien trabaja en una compañía de mercadeo en Londres.

Andrea Bassanini, un economista de OECD en París, afirmó que los gobiernos pueden cambiar su actitud y puso como ejemplo los países nórdicos, que tienen la mayor proporción de mujeres trabajadoras y recientemente estabilizaron su índice de natalidad.

"Estos países decidieron que sus sistemas impositivos funcionarían mejor con dos generadores de ingreso en una familia en lugar de uno solo y desarrollaron un sistema que puso a las mujeres en el mercado laboral", explicó.

La cultura ha cambiado tanto que Islandia designó a dos mujeres para dirigir dos de sus principales bancos después del colapso de su sistema financiero, dominado por hombres.

Pero primero, los gobiernos deben asegurarse de que existan buenas guarderías accesibles ya que sin ellas pocas madres ni siquiera considerarán dejar a sus recién nacidos para ir a trabajar.

Bebés franceses

No sólo los países nórdicos constituyen un modelo. Francia, con una tasa de natalidad relativamente alta, tiene políticas familiares que son propicias para que las mujeres trabajen, incluyendo generosas asignaciones y una buena atención infantil subsidiada por el estado.

Los expertos dicen que ese sistema podría ser un modelo para las 27 naciones de la Unión Europea, bloque que está tratando de extender las licencias por maternidad con goce de sueldo y proteger los puestos de trabajo de las mujeres que se toman licencia.

Sin embargo, las mujeres que con éxito logran equilibrar el trabajo y la familia todavía se enfrentan a críticas por dedicarles demasiado poco tiempo a sus hijos por un lado, y por el otro por no tomarse sus trabajos lo suficientemente en serio cuando se quedan en casa a cuidar de sus niños enfermos.

Incluso Palin enfrentó duras críticas por postularse a la vicepresidencia cuando tiene un bebé con síndrome de Down. No obstante, los defensores se sienten mayormente alentados por los avances en las últimas décadas y por la abundancia de modelos a seguir que ahora tienen las mujeres jóvenes -de Hillary Clinton y Sarah Palin en Estados Unidos a Merkel de Alemania, la ex candidata a presidente Segolene Royal y la ministro de justicia francesa Rachida Dati, quien es una futura madre soltera.

"Sean cuales fueran los modelos que tengan, lo principal es que están allí y que nuestras hijas las están viendo", dijo Avivah Wittenberg-Cox, directora de consultores de género 20-First.

"Actualmente, las niñas tienen modelos entre los que elegir, hace unos años teníamos a (la ex primera ministro británica) Margaret Thatcher pero ninguna joven mujer quería emularla", agregó.

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