MOSCÚ.- La Fiscalía rusa abrió hoy una causa criminal por violación de las reglas de conducción y explotación de buques de guerra, derivado en resultado de muerte por imprudencia, tras el accidente ayer de un submarino nuclear en pruebas, en el que murieron 20 personas.
"Se ha creado una brigada de investigación que está llevando a cabo las pesquisas", precisó Vladímir Markin, portavoz oficial del Comité de Instrucción de la Fiscalía, citado por las agencias rusas.
El accidente del submarino nuclear de la Flota rusa del Pacífico se produjo durante unas pruebas marítimas en aguas rusas del mar de Japón y causó la muerte de seis soldados y de 14 trabajadores de unos astilleros, además de heridas de diversa consideración a otras 22 personas.
Según un experto militar, es probable que el accidente, provocado por una emisión de clorofluorocarbono tras la activación no autorizada del sistema antiincendios del submarino, responda a un cumplimiento incorrecto del plan de trabajo por parte de los astilleros, encargados de realizar las pruebas.
El sumergible recibió inmediatamente la orden de suspender las pruebas y regresar a su base provisional en la región rusa de Primorie, mientras que los heridos fueron evacuados a bordo del buque antisubmarino “Admiral Tributs” al hospital de la Flota rusa del Pacífico en Vladivostok, en el extremo oriente del país.
"Declaro bajo mi responsabilidad que los reactores del submarino funcionan con normalidad y que los niveles de radiación corresponden a la norma", subrayó el portavoz de la Armada rusa, el capitán de navío Ígor Digalo, tras el accidente.
Indicó que en momento del accidente había 208 personas a bordo, de las que 81 eran soldados.
Precisó que el sumergible se encontraba en fase de pruebas y que su incorporación a la Flota rusa del Pacífico estaba prevista para finales de este año.
El Presidente ruso, Dmitri Medvéedev, que fue informado de inmediato, ordenó al ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, mantenerle al tanto de la situación y encomendó al Fiscal General, Yuri Chaika, a llevar a cabo una investigación exhaustiva de lo ocurrido.
El accidente más grave de un submarino ruso tuvo lugar el 12 de agosto de 2000 en el mar de Bárents, cuando 118 marineros perdieron la vida al hundirse a 108 metros de profundidad el sumergible atómico “Kursk” tras una explosión en la cámara de torpedos.
Tres años más tarde, el 30 de agosto del 2003, el submarino atómico “K-159” se hundió durante una tormenta, también en el mar de Bárents, a una profundidad de 170 metros y con 10 personas a bordo, de las que una fue rescatada con vida.
