REIMS, Francia.- El Partido Socialista francés fracasó en su intento de elegir un nuevo líder para que desafíe al Presidente del país, Nicolas Sarkozy, y su congreso terminó este domingo entre divisiones y agresividad.
El congreso pretendía ponerse de acuerdo en los alineamientos políticos y arreglar las fisuras que han hecho de los socialistas una fuerza ineficaz como oposición, después de que Ségolène Royal los llevó a una tercera derrota electoral consecutiva frente a Sarkozy hace 18 meses.
La ex candidata presidencial se presentó para liderar el partido y enfrentarse al actual presidente, que después de fluctuar en los sondeos de opinión ha lanzado reformas internas y conseguido un alto perfil internacional.
Pero sus rivales, que la culpan por la derrota electoral, se negaron a apoyarla en el congreso celebrado en Reims.
"La mano que tendimos a los otros líderes (...) no ha sido tomada", sostuvo Royal después de que las maratónicas negociaciones con sus rivales no consiguieron alcanzar un consenso, según datos entregados por Reuters.
Asimismo, Royal es vista por sus admiradores como una fuerza para la renovación que cuenta con atractivo para las masas, mientras que sus detractores consideran que tiene poca importancia política y carece de consistencia.