BOGOTÁ.- Ocho policías murieron hoy en un ataque con explosivos y ráfagas de armas de largo alcance de guerrilleros, que remataron a los uniformados con tiros de gracia en la cabeza, informaron las autoridades.
El ataque, que se produjo en el municipio de Fortul, en el departamento de Arauca -una región ganadera y petrolera fronteriza con Venezuela-, fue atribuido por la policía a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La Dirección General de la Policía dijo que una persona llamó al cuartel de Fortul para reportar el hallazgo de un cadáver en las afueras del pueblo, y que un oficial y ocho patrulleros salieron en un vehículo para atender el caso.
Cuando el vehículo se desplazaba por una calle cercana en las afueras del pueblo se produjeron varias explosiones a las que siguieron ráfagas de fusil disparadas por los guerrilleros que mataron a los uniformados.
"Las explosiones y el posterior ataque con armas de largo alcance dejaron ocho policías muertos y uno más herido", dijo un oficial de la policía.
El alcalde de Fortul, Jorge Enrique Muñoz, sostuvo que los policías fueron rematados con tiros de gracia en la cabeza cuando estaban sin ninguna posibilidad de defenderse por las explosiones.
"Fueron emboscados en una de las calles que van al cementerio de la población donde dos artefactos explosivos hicieron daño al vehículo, quedaron heridos en el suelo y fueron rematados con un tiro de gracia en la cabeza", relató el mandatario local.
Colombia afronta un conflicto interno de más de cuatro décadas en medio del que las Fuerzas Armadas del Estado enfrentan a la guerrilla izquierdista, que obtiene millonarios ingresos de la siembra de hoja de coca y la producción de cocaína.
Los ataques con explosivos y contra las Fuerzas Armadas se han reducido por una ofensiva militar que impulsa el Presidente Álvaro Uribe, y que obligó a los rebeldes a replegarse a apartadas zonas montañosas y selváticas del país.
El año pasado, 467 efectivos de las Fuerzas Armadas murieron en ataques atribuidos a la guerrilla y en lo que va de 2008 la cifra asciende a más de 330.
Pero pese a la ofensiva, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos, la guerrilla aún mantiene presencia en algunas regiones estratégicas para la producción y el tráfico de drogas.
La estrategia de seguridad de Uribe ha permitido reducir los índices de asesinatos, masacres, secuestros y ataques contra la infraestructura económica del país, lo que ha permitido mejorar la percepción de seguridad y contribuir al aumento de la inversión extranjera.