BEIJING.- Como era de esperar, porque había multiplicado las advertencias, China expresó su más "enérgica protesta" este domingo por la reunión "poco juiciosa" e "irreflexiva" que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, mantuvo en Polonia con la bestia negra de Beijing, el Dalai Lama.
"El viceministro de Relaciones Exteriores He Yafei transmitió una enérgica protesta a la parte francesa por el encuentro de Sarkozy con el Dalai Lama", anunciaron por la noche en la cadena estatal de televisión (CCTV).
No fue, sin embargo, la primera reacción al encuentro del sábado con el líder espiritual tibetano en Gdansk (Polonia). Esta llegó sólo una hora después, por boca de un artículo de la agencia oficial China Nueva, que aseguró que tendría consecuencias sobre las relaciones bilaterales.
"La reunión es seguramente poco juiciosa y hiere no sólo los sentimientos de los chinos, sino que además mina las relaciones chino-francesas", escribió China Nueva en un artículo comentando la entrevista de media hora, coincidiendo con un encuentro con los ganadores del premio Nobel.
"El gobierno y el pueblo chinos (...) se oponen a todo contacto de un dirigente extranjero (con el Dalai Lama), tenga la forma que tenga", proseguía.
"La parte francesa, sin embargo, sin tener en cuenta la grave preocupación de China y y la situación general de las relaciones chino-francesas, ha asumido una iniciativa oportunista, irreflexiva y a corto plazo para tratar la cuestión del Tíbet", agregó la agencia.
El régimen comunista, que mantiene una vigilancia férrea de internet, permitía que los internautas descargasen su ira en los foros, como en la página Tianya, donde uno de ellos describía a Sarkozy como un "criminal de Francia" y uno de los mayores "idiotas de la historia".
En Beijing, los rumores sobre manifestaciones contra Francia no se concretaron.