BERLÍN.- Más de un centenar de informes que dos agentes de los servicios secretos alemanes (BND) en Bagdad hicieron llegar al mando estadounidense contribuyeron a acelerar la invasión aliada de Irak en 2003, según dijeron dos militares norteamericanos al semanario “Spiegel”.
En la edición que saldrá a la venta el lunes, y de la que se avanzan hoy extractos, el general retirado James Marks se explaya sobre el papel de los agentes alemanes durante el conflicto.
El ahora analista militar califica la ayuda alemana de "extremadamente importante y valiosa” hasta el punto de asegurar que "confiábamos más en las informaciones de Alemania que en la CIA".
Estas informaciones salen a la luz cuando la comisión parlamentaria que estudia la presunta participación de los servicios secretos germanos durante la guerra de Irak interrogará este jueves, una vez más, al ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, que en aquellas fechas era jefe de la cancillería federal y coordinador de los servicios secretos.
Marks asegura en el semanario que los informes que le hizo llegar el BND contribuyeron a adelantar la fecha de la invasión y a descartar el aterrizaje de paracaidistas en el aeropuerto de Bagdad.
por su parte, la coronel Carol Stewart, que dirigía la división para asuntos de inteligencia del Comando Central, destaca al “Spiegel” el “excelente trabajo” realizado por los alemanes: “Sabía que los alemanes estaban en contra de la guerra y por eso me sorprendió que fueran tan serviciales con nosotros”, explica.
Según el semanario, los dos agentes alemanes que permanecieron durante la guerra en Bagdad hicieron llegar un total de 130 informes, con fotos y datos GPS, al mando estadounidense en la costa kuwaití, en el campamento base de Doha.
Según Marks, la información decisiva fue la que les llegó el 25 de febrero sobre los campos petrolíferos de Dora, ya que querían evitar a toda costa que el entonces presidente iraquí, Saddam Husein, destruyera sus reservas de crudo como hizo 12 años antes en la primera Guerra del Golfo.