LIMA.- El Presidente del Perú, Alan García, les pidió hoy a los peruanos dejar "las rencillas y divisiones" y "poner el hombro" en favor de la unidad nacional para hacer frente a la crisis económica mundial.
"No es cuestión de ponernos a llorar o poner sobresaltos. Se requiere la unión de todos, empresarios y autoridades (y) la unión de actitudes positivas que permitan al Perú superar este problema", subrayó García.
"El 2009 debe ser el año de la unión nacional frente a la crisis mundial", añadió el presidente al inaugurar un establecimiento de venta de gas natural en Lima.
García sostuvo que en medio de los problemas generados por los países ricos, el Perú tiene "fortaleza y condiciones" para salir adelante, aunque "necesita fortalecerse" para atenuar los efectos.
"El enemigo es el desempleo y la caída de la producción ante la reducción de la demanda por los productos peruanos", enfatizó.
En ese marco, García pidió dejar de lado las rencillas y mirar hacia los mismos objetivos: sostener el crecimiento, luchar por la inversión, generar empleo, mejorar los servicios y reducir los costos para una mejor competitividad.
El mandatario les pidió a los empresarios utilizar los nuevos dispositivos legales dictados por el gobierno para que paguen impuestos con obras públicas. "Ya no hay disculpas", acotó.
"Con estos dispositivos podemos enfrentar los efectos de la crisis mundial que puede amenazar al país", dijo García tras indicar que 2009 será un año "decisivo".
"Nos toca trabajar en esta circunstancia contra la incertidumbre y la duda. Nos toca sembrar confianza, entusiasmo y serenidad frente a los problemas", dijo.
El gobierno lanzó la semana pasada un plan anticrisis para evitar la caída de liquidez y créditos internos, mantener el gasto público y la demanda interna, generar empleo, apoyar a la micro y pequeña empresa y la actividad exportadora, así como fortalecer programas sociales.
El plan incluye unos 3.300 millones de dólares en inversión pública y 3.000 millones de crédito externo para apoyar el gasto, además del pago de impuestos a través de obras por parte de las empresas para incentivar la inversión.