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Presidenta argentina asiste a misa por 30° aniversario de mediación papal

En la ceremonia se destacó la figura del cardenal Antonio Samoré, delegado del Papa Juan Pablo II que en 1978 evitó que estallara la guerra entre Chile y Argentina.

22 de Diciembre de 2008 | 20:46 | EFE

BUENOS AIRES.- La Presidenta argentina, Cristina Fernández, asistió hoy a una misa de acción de gracias por la mediación papal que hace 30 años evitó una guerra entre su país y Chile por disputas de límites.


La celebración religiosa se realizó en el santuario nacional de Nuestra Señora de Luján, a 70 kilómetros al oeste de la capital argentina, y fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, monseñor Jorge Bergoglio.


"Hace 30 años pudimos haber optado por la guerra y optamos por la paz. Pudimos haber elegido la muerte y optamos por la vida", dijo en la homilía el obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, asesor de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, a cargo de la organización de la celebración eucarística que llevó por lema "Queremos la paz, eduquemos para el diálogo".


Casaretto destacó la "paciencia" del cardenal Antonio Samoré, delegado del Papa Juan Pablo II que en 1978 evitó que estallara una guerra entre argentinos y chilenos por disputas limítrofes.


Sostuvo que Samoré, "en medio de las tinieblas belicistas, encendió esa lucecita que terminó convirtiéndose en la gran luz que sigue iluminando la fraterna relación de los dos pueblos y que hizo posible que la frontera común de miles de kilómetros los una en lugar de dividirlos".


"La violencia, cualquiera sea su origen y mucho más la de la guerra, será siempre sinónimo de muerte, por eso 30 años después nos alegramos porque caminábamos hacia un abismo de muerte y a tiempo supimos tender los puentes de vida, íbamos a generar un futuro de odios y rencores entre argentinos y chilenos y pudimos reorientar nuestras relaciones hacia un destino solidario y fraterno", afirmo Casaretto.


A la misa, que se celebró en simultáneo con otra realizada en Chile, asistieron representantes del Gobierno, empresarios, sindicalistas, líderes religiosos de otros credos y el vicepresidente argentino, Julio Cobos, con quien el Gobierno mantiene una abierta confrontación.


"En esta casa de Dios dejamos de lado todo lo que nos distancia y enfrenta y tratamos de encontrarnos como pueblo argentino en lo que nos acerca y hermana", señaló Casaretto.


Tras la celebración religiosa, la Presidenta argentina dio un discurso desde un palco instalado a las afueras de la basílica, acto en que destacó la figura de Samoré como alguien que impidió una "tragedia" a la que empujaban las dos dictaduras que por entonces gobernaban Argentina y Chile.


"Para preservar la paz, lo primero que hay que preservar es la democracia, y para preservar la democracia hay que luchar por la justicia y la equidad", dijo la Mandataria.


Cristina Fernández recordó cómo en diciembre de 1978 tuvo que abandonar junto a su pequeño hijo Máximo la ciudad argentina de Río Gallegos, en el sur del país, donde quedaba su esposo y luego Presidente Néstor Kirchner, dejando una ciudad prácticamente vacía, lista para un inminente guerra con Chile.


"Me di vuelta, miré para atrás y sólo vi a mi compañero de toda mi vida", recordó la Presidenta.


La misa y el discurso presidencial completaron los actos de conmemoración de la mediación papal que compartieron a principios de este mes Fernández y la Presidenta chilena, Michelle Bachelet, en el sur de ambos países.