BAGDAD.- Al menos 22 iraquíes murieron y 54 fueron heridos hoy en un atentado con auto bomba perpetrado en el oeste de Bagdad, según un nuevo balance proporcionado a la AFP por el portavoz de las operaciones de seguridad en Bagdad, el general Qassem Atta.
"El balance del atentado aumentó. Ahora es de 22 muertos y 54 heridos", indicó el general Atta.
Una fuente del ministerio del Interior había precisado anteriormente a la AFP que se había perpetrado un atentado con coche bomba en Kazamiya, un barrio chiita al oeste de la capital iraquí.
El atentado, que se escuchó desde la oficina de la AFP, a unos kilómetros de allí, se produjo cerca de un terminal de buses.
Este es el ataque más sangriento en Bagdad desde el triple atentado en un mercado de la capital que dejó 28 muertos y decenas de heridos el 10 de noviembre.
En el atentado del 10 de noviembre, las explosiones se produjeron en unos minutos de intervalo en la avenida principal de Azamiya, un barrio sunita vecino de Kazamiya.
Un coche con bomba explotó primero cerca del mercado. Cuando llegaban los servicios de emergencia, fueron blanco de un kamikaze que hizo estallar los explosivos colocados en su cinturón, y luego explotó una bomba colocada al borde de la carretera, cerca del lugar del atentado.
Este atentado, con un saldo de 28 muertos, fue a su vez el más sangriento en Bagdad desde el 17 de junio, cuando un coche bomba dejó 51 muertos y 75 heridos cerca de un mercado en el noroeste de la ciudad.
Kazamiya, donde se produjo el atentado del sábado, es un barrio chiita de la capital que ha registrado desde 2006 varios hechos de una fuerte violencia.
Los dos barrios de Azamiya (sunita) y de Kazamiya (chiita), separados sólo por el "puente de los Imanes", se enfrentaban constantemente.
Los grupos insurgentes sunitas y Al Qaeda y los milicianos extremistas chiitas del Ejército de Mahdi controlaban cada uno de estos barrios.
La violencia en Irak, sobre todo en Bagdad, se halla en su menor nivel desde 2004.
La semana pasada, el comandante de la Fuerza Multinacional en Irak, el general Raymond Odierno, se felicitó de que el mes de diciembre registrara el menor nivel de violencia desde 2004, pero advirtió sobre la capacidad de Al Qaeda de perpetrar "operaciones de gran escala".