ESPAÑA, PARIS, LONDRES.- Los electores del Viejo Continente acudían hoy a lar urnas para renovar el Parlamento europeo en la última jornada de un proceso signado por un clima de gran incertidumbre ante la baja convocatoria alcanzada en las urnas.
Diecinueve países participaban de la elección, que ya fue completada por otros Estados del Bloque, como Gran Bretaña, Holanda y la República Checa.
Las tendencias apuntaban que algunas agrupaciones de la derecha podrían obtener la victoria si la participación continúa siendo particularmente baja, pese a la conocida predominancia de los partidos centristas en la asamblea de más de 700 miembros, que define muchas de las leyes de la UE y autoriza el presupuesto del bloque. Incluso, en muchos países, los partidos conservadores se convertían en favoritos, en medio de una profunda crisis económica.
El Parlamento dará a conocer los primeros resultados a partir de las 19 (hora argentina), cuando cierren las últimas estaciones electorales. Según trascendió, los sondeos a boca de urna en Holanda causaron cierta preocupación por el favoritismo depositado en uno de los partidos de ultraderecha.
"No parece que las elecciones vayan a ser un triunfo o un gran momento para la democracia europea", dijo Thomas Klau, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
"Los gobiernos nacionales han establecido la percepción de que Europa es bastante inútil al no poder dar un mensaje unido lo suficientemente fuerte y convincente durante la mayor crisis económica desde los años de 1930", agregó.
Las encuestas previas indicaban que menos de la mitad de los 375 millones de personas llamados a las urnas en los 27 países acudirían a votar.
Muchos votantes dicen que la UE ha hecho muy poco y demasiado tarde para aliviar la recesión, aunque estuvieron de acudieron que hubo planes de estímulo fiscal con fondos para intentar impulsar la economía.
Otros señalan que la UE es demasiado distante y tiene poco impacto en sus vidas diarias. Otros sencillamente no entienden un sistema donde el Parlamento comparte el poder con la Comisión Europea y con el Consejo de jefes de Estado y de Gobierno del bloque.