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Médica disidente cubana viaja a Argentina para reencontrarse con su familia

La neurocirujana Hilda Molina, quien aseguró que vuela con billete de ida y vuelta, llegará mañana a Buenos Aires.

13 de Junio de 2009 | 19:08 | DPA

LA HABANA.- La médica disidente cubana Hilda Molina inició hoy su viaje hacia Argentina para reunirse con su familia, después de que el gobierno de Cuba le negara durante 15 años el permiso de salida, un caso que en el pasado generó tensiones entre Buenos Aires y La Habana.


Molina, de 66 años, despegó por la tarde (local) desde el aeropuerto internacional José Martí de la capital cubana, a bordo de un avión de la compañía centroamericana Copa y, tras una escala en Panamá, su aterrizaje en el aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires está previsto para las 06:00 horas locales (09:00 horas GMT) de la mañana.


"Estoy ansiosa por llegar a Argentina, y ver a mi hijo y a mi madre", dijo Molina en el aeropuerto poco antes de partir.


La neurocirujana describió el tiempo que estuvo esperando a recibir el permiso de salida como "15 años de sufrimiento" y aseguró que sobre todo ansía ver en qué estado se encuentra su madre, Hilda Morejón, de 90 años y quien abandonó Cuba para establecerse en Buenos Aires en mayo de 2008. "Todavía no le dijeron que voy", acotó.


Molina atribuye al grave estado de salud de su madre el que las autoridades cubanas le hayan concedido finalmente el permiso de salida para volar a Buenos Aires, donde también vive su hijo, Roberto Quiñones, neurocirujano y padre de dos hijos. La doctora aseguró que vuela con billete de ida y vuelta, aunque su regreso dependerá de cómo evolucione su madre.


La Presidenta argentina, Cristina Fernández, quien había visitado en enero Cuba para reunirse con el ex Presidente Fidel Castro y su hermano y actual Mandatario, Raúl Castro, anunció ayer en Buenos Aires la decisión del gobierno cubano de permitir a Molina viajar a Argentina y la calificó de "muy buena" noticia.


Molina dirigió el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN), un buque insignia de la medicina cubana, y fue además diputada del Parlamento, pero en 1994 abandonó sus cargos y la militancia en el Partido Comunista de Cuba. Según dice, renunció por discrepancias con la política sanitaria cubana, aunque Fidel Castro aseguró el año pasado que fue destituida porque intentó apropiarse del CIREN.


En el prólogo de un libro, Castro escribió sin nombrarla que "cuando cae la URSS, la directora de un centro de rehabilitación (...) aspira a convertirse en propietaria de la institución", y que cuando "se le descubre y destituye" ella "inventa la teoría de que ello se debe a su oposición al empleo de células madre de origen humano en las investigaciones".


"¡Excelente material para el chantaje imperialista contra Cuba!", exclamó Castro, y señaló acerca de la negativa a autorizarle la salida de Cuba: "No debe cederse ante el chantaje: fue la decisión".


Molina deseó a Fidel Castro que "viva en paz" y "se mejore" de los problemas de salud, que lo mantienen apartado de la vida pública desde hace tres años, al tiempo que agradeció a las autoridades cubanas el permiso de salida. "Yo no hice nada para no poder ver a mi familia, pero yo de todas maneras se lo agradezco", dijo en conversación con la prensa, asegurando que no siente ni una "gota de rencor" contra el gobierno cubano.


La neurocirujana explicó que el permiso le ha sido concedido después de que, hace dos semanas, le escribiera una carta al Presidente Raúl Castro pidiéndole de nuevo volar a Argentina para estar con su madre. "Como quiera que sea, han dado un paso. Lo entiendo mejor en el general Raúl Castro, porque sé que quiere a su familia y quien quiere a su familia entiende que los demás también la queramos", dijo.


En el aeropuerto se despidieron de Molina algunos amigos íntimos. "¡Recen!", fue lo último que les dijo antes de acudir al control de pasaportes y atravesar la línea de seguridad.


El caso de Molina había generado varias intervenciones diplomáticas desde Argentina. En 2004, el entonces Presidente Néstor Kirchner envió una carta personal a Fidel Castro pidiendo que se autorizara a la doctora a dejar la isla. En diciembre de aquel año, Molina pasó casi dos días en la embajada argentina en La Habana, lo que hizo especular con que buscaba asilo político, algo que ella desmintió posteriormente.

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