TEGUCIGALPA.- La Corte Suprema hondureña salió anoche en defensa del gobierno de facto de Roberto Micheletti, presionado por la comunidad internacional para que restituya en el gobierno al Mandatario constitucional, Manuel Zelaya.
La Corte "rechaza cualquier acto de injerencia o intimidación", según un comunicado leído por cadena nacional de radio y televisión, que justificó el derrocamiento de Zelaya el 28 de junio, como un acto constitucional.
El máximo tribunal hizo su declaración horas después de que Micheletti proclamara que no aceptará que Zelaya vuelva al poder y que su régimen tiene "voluntad" para resistir las presiones, luego de una "dura" llamada que recibió de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y de que la Unión Europea congelara 65 millones de euros (92 millones de dólares) de ayuda a Honduras.
El comunicado de la Corte Suprema, leído mientras la pantalla exhibía una bandera hondureña flameando, hizo una larga enumeración de hechos que condujeron a la salida de Zelaya, acción que para las nuevas autoridades hondureñas fue una "sucesión constitucional", pero que la comunidad internacional califica como un golpe de Estado.
El poder judicial, presidido por Jorge Alberto Rivera, hizo esta declaración el mismo día que Micheletti reuniera a funcionarios y seguidores en un acto en el que proclamó que no permitiría el retorno de Zelaya ni el adelanto de las elecciones, dos propuestas del mediador en la crisis hondureña, el Presidente costarricense, Óscar Arias.
"Los he convocado aquí hoy para pedirles a ustedes que como sociedad civil, como empresa privada, que como grupos de amigos puedan hacer las manifestaciones que correspondan para decirle al mundo que aquí estamos unidos, que aquí estamos en un solo bloque contra cualquier imposición que nos quiera hacer cualquier país del mundo", afirmó Micheletti.
