LIMA.- Cientos de damnificados por un terremoto de 7,9 grados que hace dos años afectó severamente las sureñas ciudades peruanas de Pisco, Chincha e Ica, denunciaron el sábado que desde hace dos años viven en carpas, y reclamaron al gobierno la reconstrucción de sus ciudades.
El epicentro de las protestas pacíficas se ubicó en Pisco, donde se realizó una masiva "marcha por la dignidad" entre calles y plazas, en medio de escombros, exigiendo al gobierno cumplir con sus promesas de ayuda humanitaria.
"La ciudad está como bombardeada. Estamos como si ayer hubiese sido el desastre, se han olvidado de nosotros, vivimos en carpas a la intemperie", dijo a los medios Catalino García, un dirigente vecinal de Pisco que encabezaba la marcha.
El terremoto del 15 agosto de 2007 dejó más de 500 muertos, la mayoría en Pisco, ciudad que quedó destruida en un 80%, y más de 400 mil damnificados en la región de Ica.
"Estamos indignados y decepcionados, ¿dónde fueron a parar las donaciones y los ofrecimientos del gobierno?", clamó García, mientras una persona disfrazada de rata, símbolo de la corrupción, animaba la marcha.
La jornada se inició con una protesta con cacelorazos a partir de la media noche en la plaza principal de Pisco, para reclamar por la inacción de las autoridades en los trabajos de reconstrucción de las viviendas.
"No tenemos casas, pistas ni hospital", fue el grito más repetido por los pobladores de Pisco, un puerto a 250 km al sur de Lima y la localidad más golpeada por el sismo, ya que también sufrió un maremoto.
"Son dos años y Pisco sigue igual, la reconstrucción no avanza", dijo una mujer que se identificó como María Loayza al canal N de televisión.
De su lado, el gobierno de Alan García publicó el sábado avisos pagos en los diarios, prometiendo la entrega en el primer trimestre de 2010 de tres hospitales en Ica, Chincha y Pisco, donde reconoció avances parciales en la reconstrucción.
La lentitud de las obras en el sur peruano fue destacada por toda la prensa limeña, que resaltó que la demora ha incubado un conflicto social que puede convertirse en una bomba de tiempo.
La prensa subrayó que los pobladores viven en carpas y precarias casas de madera, muchas de ellas donadas por la cooperación internacional y las ONG's.
"Todas las viviendas en Pisco están a medio construir. Las autoridades municipales están levantando muros de ladrillo alrededor de terrenos baldíos y de carpas que sirven de casas, como tratando de ocultar el entorno", afirmó el diario "El Comercio".
Las primeras señales de protestas se habían registrado el pasado jueves, cuando unos 600 pobladores bloquearon la carretera Panamericana a partir de Chincha, 200 km al sur de Lima.