MADRID.- El piloto de origen argentino Julio Alberto Poch, detenido el 23 de septiembre pasado en Valencia (España) por su participación en los llamados "vuelos de la muerte" durante la dictadura en su país, negó hoy los hechos ante un juez español y aseguró que sus compañeros malinterpretaron sus palabras.
Así lo manifestó Poch ante el juez de la Audiencia Nacional española Eloy Velasco que, a instancias del fiscal, ratificó la orden de ingreso en prisión, tras lo que comenzará a tramitarse la petición de extradición cursada por Argentina por los delitos de torturas y detención ilegal, entre otros.
La Policía española detuvo a Julio Alberto Poch, un piloto comercial de nacionalidad holandesa y de origen argentino, por su presunta participación en los llamados "vuelos de la muerte", en los que desaparecieron más de 1.000 personas durante la dictadura argentina.
El piloto, reclamado por la Justicia de ese país por cuatro procesos penales, fue detenido cuando efectuaba una escala de 40 minutos en el aeropuerto de Manises, en Valencia, antes de regresar a Amsterdam como comandante de un avión de pasajeros.
Según explicó hoy el abogado defensor de Poch, Ignacio Peláez, su representado relató al juez que durante una comida celebrada en Bali (Indonesia) con varios compañeros, les contó hechos acaecidos en Argentina durante la dictadura, les manifestó que él estaba "en contra de todo tipo de terrorismo" y que, por supuesto, no participó en los "vuelos de la muerte".
Estas declaraciones, según el piloto, que se ha negado a ser extraditado, fueron malinterpretadas por sus colegas, que fueron quienes presentaron una denuncia contra él ante las autoridades holandesas, que lo comunicaron a Argentina y cursó la orden de detención.
Poch, teniente de fragata y piloto naval durante la dictadura argentina, dijo que no tiene "nada que ver" con los "vuelos de la muerte" y que no pudo estar en la Escuela de Mecánica de la Armada, porque nunca estuvo destinado allí, sino en otras ciudades.
Para su defensa, la detención de Poch responde a "temas más políticos que otra cosa" puesto que la orden de detención de Argentina llegó a Holanda en marzo pasado y su cliente fue detenido seis meses después en España y "justamente" cuando realizaba su último vuelo antes de jubilarse.
"La patata caliente se la han mandado a España", consideró el letrado, que añadió que ha sido una reacción "hipócrita" y lo achacó al hecho de que el padre de la esposa del heredero de la Corona holandesa, Máxima Zorreguieta, ocupó un cargo relevante durante la dictadura argentina.
Peláez solicitó la puesta en libertad de Poch y alegó que tiene una vivienda en propiedad en Valencia donde, después de jubilarse, tenía la intención de residir durante medio año y la otra mitad en Holanda.
Además, el letrado señaló que Poch no quiere ser extraditado en estas circunstancias, pero que en un futuro le gustaría volver a su país porque tiene familia allí.
Argentina tiene ahora un plazo de 45 días desde la detención de Poch para formalizar su solicitud de extradición del piloto.