WASHINGTON.- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, manifestó este martes su preocupación por el estancamiento de las negociaciones en Honduras y advirtió de que la propuesta del Gobierno de facto de que el derrocado Presidente, Manuel Zelaya, diga que no hubo Golpe de Estado supone "forzar una legitimación" que hace "inviable" el diálogo.
La propuesta del régimen de facto de Roberto Micheletti que "pretende forzar una legitimación de lo ocurrido el 28 de junio (...) hace inviable un buen resultado en el diálogo", dijo Insulza en un comunicado, desde en Washington.
El jefe del organismo hemisférico hace referencia a la última contrapropuesta presentada en Tegucigalpa por los negociadores de Micheletti, que pidieron que los delegados de ambos bandos conozcan los informes del Poder Judicial y del Congreso (Parlamento unicameral) en torno a su actuación tras la salida de Zelaya del poder el pasado 28 de junio.
Insulza califcó la propuesta como un "hecho negativo" y manifestó su esperanza de que se "supere" para poder continuar un diálogo cuyo estancamiento en los últimos días le "preocupa", de acuerdo con el comunicado oficial.
Tras la nueva contrapropuesta, Zelaya había denunciado en las últimas horas la "obstrucción" a una salida negociada por parte del gobierno de facto y reclamó un posicionamiento claro de la OEA al respecto.
La organización ha incluido la crisis hondureña en un Consejo Permanente que celebrará mañana miércoles y en el que Insulza presentará un informe sobre la "situación" en el país centroamericano.
En su comunicado emitido horas antes de la sesión en Washington, Insulza insistió en que el diálogo es "el único camino para alcanzar la paz y la concordia entre los hondureños" y "formuló votos" para que se retiren de las negociaciones los "párrafos inconducentes".
Además, Insulza "reiteró su preocupación" por el "incremento del hostigamiento" contra la embajada brasileña en Tegucigalpa, donde este miércoles Zelaya cumplirá un mes de estancia tras su sorpresivo regreso a Honduras el 21 de septiembre y "formuló votos (...) para que cese el hostigamiento" contra la legación diplomática.
