BUENOS AIRES.- La militancia política en la década del 70 y el enriquecimiento patrimonial de Néstor Kirchner y su esposa, la presidenta Cristina Fernández, afloran una vez más como tema controversial en el libro "El Dueño", del periodista argentino Luis Majul.
Con un tiraje de 20 mil ejemplares, la obra apareció hace pocos días en las librerías argentinas y es previsible que se convierta en uno de los éxitos de venta del próximo verano en el país.
El extenso subtítulo del libro indica el contenido crítico y polémico de la biografía no autorizada del matrimonio Kirchner: "La historia secreta de Néstor Kirchner, el hombre que maneja los negocios públicos y privados de la Argentina".
En el libro escasean los testimonios a favor del matrimonio Kirchner, aunque el autor incluyó el relato de ex compañeros de la Universidad Nacional de La Plata que aseguran que Néstor y Cristina, por entonces novios, escondieron y protegieron a militantes estudiantes que eran perseguidos por la represión, algunos de los cuales, amigos de la pareja, posteriormente desaparecieron.
En cambio, la visión crítica de Kirchner también procede de ex compañeros de militancia como Rafael Flores, ex diputado nacional, que compartió con Kirchner dos días de detención durante la dictadura, en la austral ciudad de Río Gallegos, donde fueron alojados sin apremios ni torturas por un jefe militar amigo de los padres de Flores.
Flores no solo tiene reparos por lo que considera "una operación de marketing de Kirchner para aparecer como víctima de la dictadura. También le cuestiona la actuación de sus primeros años como abogado", explica Majul.
"Mientras muchos nos dedicábamos a defender gratis a los presos políticos, Néstor se dedicaba a representar a represores y a perseguir a deudores hipotecarios", recordó Flores.
El ex legislador aseguró que en 1981 como fiscal de Estado de la provincia de Santa Cruz (de donde son oriundos él y Kirchner) pidió veinte años de prisión para el segundo jefe de la policía Federal por violar y torturar a decenas de presas políticas durante la dictadura.
"Néstor, Cristina y su otro socio no solo aceptaron la defensa (del torturador) también argumentaron que no podía considerarse violación forzar a una mujer a practicar sexo oral", recordó Flores.
Pero, lo que más ofuscó al ex diputado por Santa Cruz y uno de los hombres que impulsó la carrera política del ex presidente (2003-2007) fue que al mismo tiempo el estudio del matrimonio Kirchner le iniciara una demanda "a una mujer humilde para quedarse con su única propiedad" en Río Gallegos, 2.640 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Flores suele comparar a Kirchner con Shylock "el judío usurero de El Mercader de Venecia", apunta Majul.Otro de los ex compañeros de ruta de Kirchner fue Sergio Acevedo, dirigente histórico de la Juventud Peronista, su operador político durante una década y el primer jefe de los servicios secretos de Argentina (Side) cuando el ex presidente asumió en mayo de 2003.
Acevedo fue gobernador de Santa Cruz y debió renunciar al cargo en marzo de 2006, durante la presidencia de Kirchner, porque le quisieron "imponer" licitaciones desde el gobierno nacional, según afirma en el libro.
Majul asegura que para reconstruir la historia del matrimonio Kirchner recurrió a 158 entrevistados, entre las que incluye a dos ex presidentes, seis ex ministros, tres ex gobernadores, cuatro ex funcionarios del organismos recaudador de impuestos (AFIP) y decenas de senadores y diputados nacionales.
Otro de los entrevistados es el ex vicegobernador de Santa Cruz, Eduardo Ariel Arnold, que acompañó a Kirchner en dos mandatos y que desde hace años se ha convertido en uno de sus más severos detractores.