SANTIAGO.- El suboficial de la Fuerza Aérea del Perú, Víctor Ariza Mendoza, sostuvo en una de sus confesiones que la supuesta red de espionaje contra su país fue descubierta debido a un error cometido por su contacto en Chile.
Según publica hoy el diario peruano "El Comercio", que tuvo acceso exclusivo a las declaraciones del supuesto espía, en 2007 Ariza comenzó a ser investigado por dos comandantes y un capitán del Departamento de Contrainteligencia de la FAP.
El capitán, identificado como "Damián", fue el que más información recabó sobre las actividades que realizaba el suboficial y citó a Ariza para que se reunieran.
De acuerdo a su confesión, el supuesto espía peruano se encontró con el capitán en un parque, oportunidad en la que éste le habría dicho que el Departamento de Contrainteligencia de la FAP estaba al tanto de sus viajes al extranjero y de que recibía ingresos extras por intercambiar información.
Asimismo, en la reunión "Damián" le habría manifestado a Ariza que también quería participar en el espionaje y que tenía información para vender.
Según afirma "El Comercio", tras el encuentro, el suboficial de la FAP se dirigió a su casa y escribió un email a Daniel Márquez Torrealba para relatarle lo ocurrido. Habría sido en ese momento cuando el supuesto contacto en Chile cometió el error, ya que le respondió a Ariza que era un riesgo trabajar con el capitán y que era mejor ofrecerle dinero.
Al día siguiente, en una segunda reunión, Ariza le entregó a "Damián" mil soles. Posteriormente, según confesó, le habría dado dinero en tres oportunidades más, "puesto que él conocía mis actividades ilícitas".
De acuerdo a lo publicado por "El Comercio", en el interrogatorio, Ariza fue cuestionado por el motivo que tuvo su supuesto contacto chileno para mantenerlo como informante, "si la doctrina de inteligencia indica que, al ser detectada la fuente, ya se prescinde de ella".
El suboficial de la FAP respondió que Márquez Torrealba le habría dicho que "Damián" sólo quería dinero y que tenía que dárselo, ya que dado que el capitán trabajaba en el Departamento de Contrainteligencia, la actividad de Ariza iba a estar protegida.
Identidad falsa
Según "El Comercio", Ariza recibió los primeros envíos de dinero desde Chile en 2004 a nombre de una persona que no existía. "Retiré dinero en dos oportunidades, pero lo dejé de hacer porque en una oportunidad casi me detectan en Western Union", explicó el suboficial en su confesión.
Asimismo, el supuesto espía relató que se comunicaba con su contacto en Chile a través de siete correos electrónicos. Sin embargo, señaló que en dos oportunidades habló por teléfono celular con Márquez Torrealba, cuyo número dijo no recordar.
En los interrogatorios, Ariza también describió la apariencia que tendría Márquez Torrealba. Afirmó que éste medía aproximadamente 1,69 metros de estatura, tenía contextura gruesa, unos 55 años, pelo lacio, ojos pardos y tez clara.