BEIJING.- Siete miembros de una red mafiosa fueron ejecutados mediante inyección letal en el departamento septentrional de Hebei, poco después de que el Tribunal Supremo confirmara las sentencias, informó la agencia oficial Xinhua.
Los condenados fueron acusados de mantener una red de crimen organizado en la zona que controlaba el negocio provincial de transportes, con asesinatos, extorsión, posesión ilegal de armas y robos, y que formaban unos cien miembros.
Otros tres individuos de la banda también fueron condenados a muerte, pero su sentencia fue suspendida durante dos años, por lo que podría ser conmutada por la de cadena perpetua si los presos muestran buena conducta en ese periodo, mientras que 84 recibieron distintas condenas de prisión.
El juicio a la banda fue el mayor que se ha celebrado en 60 años en la provincia de Hebei, que rodea a Beijing.
Al menos diez personas fueron asesinadas por la banda, que estaba fuertemente jerarquizada y dividida en varias secciones, una de ellas dedicada a los negocios y otra formada por guardaespaldas.
El país asiático lanzó una campaña contra el crimen organizado en febrero de 2006 que en tres años se ha saldado con cerca de 9.000 detenciones y numerosas condenas a muerte.
China es la que más condenas a muerte dicta en el planeta y acumula más del 70 por ciento mundial (más de 1.700 en 2008 según Amnistía Internacional, aunque otra ONG, la Fundación Dui Hua, cifra el número en más de 5.000).
No obstante, el régimen comunista modificó en 2004 el sistema judicial chino obligando a que todas las penas de muerte fueran revisadas por el Tribunal Supremo (antes sólo bastaba con la confirmación de judicaturas locales), lo que ha conseguido un notable descenso.