JERUSALEN.- Israel será el socio más pobre y con las diferencias sociales más grandes de toda la OCDE si es aceptado como miembro, advierte un informe de ese organismo preparado con vistas a su previsible entrada durante 2010.
Las conclusiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) fueron presentadas a Israel durante la visita que efectúa el secretario general, Ángel Gurría, informa hoy el diario Haaretz.
Israel espera que su candidatura sea resuelta en una votación el próximo mes de mayo, aunque Gurría, en una entrevista con la televisión pública, pidió no acelerar demasiado las decisiones porque “si no es en mayo, será en junio y si no en julio".
Las conclusiones del informe presentado al Gobierno israelí reflejan una amplia brecha entre ricos y pobres, y una falta de políticas sociales destinadas a corregir las diferencias entre las capas más pudientes y las menos favorecidas.
Según analistas del Haaretz, no se trata de nada nuevo para la población de Israel, donde se sabe desde hace años que uno de cada cinco israelíes es el doble de pobre que cualquier persona promedio en los estados que forman la OCDE.
A pesar de su alto PBI per cápita, más de 27.000 dólares (entre los primeros 35 del mundo), más de la mitad de los israelíes ganan menos de los 4.000 shékels mensuales (1.080 dólares o 754 euros), lo que representa un promedio muy por debajo del de la OCDE.
A pesar del informe, Gurría aseguró que Israel se integrará en la OCDE este año, en la presunción de que los problemas que existen pueden ser resueltos.
El ministro de Asuntos Sociales, Itzhak Herzog, dijo al diario que la pertenencia a la OCDE ayudará a Israel a resolver estas diferencias, que afectan entre otros colectivos a la comunidad árabe, formada por más de un millón de personas.
Ayer, con motivo de la visita de Gurría, el diputado Ahmed Tibi, de la Lista Árabe Unida, exhortó a la organización de países desarrollados a no aprobar la entrada de Israel hasta que garantice una completa igualdad para su comunidad.
El otro colectivo más afectado es el de los ultraortodoxos, donde la pobreza es también extrema y cuyo crecimiento demográfico, como en el caso de los árabes, es el doble que entre el resto de la población israelí.
En declaraciones a la televisión israelí, el ministro de Minorías, Avishai Braverman, explicó que la enorme brecha social se debe en gran medida a cuestiones culturales y religiosas.