REINO UNIDO.- Una mujer identificada como Frances Inglis de 57 años pagará cadena perpetua por inyectar heroína a su hijo que padecía de una lesión cerebral irreversible.
La madre del pequeño justificó su acción explicando que no tenía más remedio que liberar a su hijo, Thomas, del "infierno en vida" que suponía su estado vegetativo.
Thomas Inglis sufrió graves lesiones cerebrales tras saltar en julio de 2008 de una ambulancia y golpearse la cabeza contra el suelo, en el ultimo tiempo había mostrado una ligera mejoría, pero seguía necesitando cuidados continuos y su madre, que se estaba formando como enfermera, no quiso creer el pronóstico alentador de uno de los médicos.
Diez días después de la hospitalización de Thomas, su madre trató sin éxito de conseguir heroína pura de un vecino, y después de un primer intento de administrarle una inyección letal, fue puesta en libertad condicional.
El personal del centro donde estaba internado su hijo tenía una foto de Frances Inglis para impedirle la entrada en el caso de que intentara acercarse a aquél, pero un día, tras tomarse un trago de una botella de whisky en el parque del hospital y armada con varias jeringas, logró finalmente su propósito.
La mujer admitió el hecho, pero insistió en que había actuado únicamente por compasión.
Los miembros del jurado la consideraron culpable por una mayoría de diez frente a dos, según informa hoy la prensa británica, y el juez, Brian Barker, sostuvo que a pesar de su intención, se trata de un asesinato.