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Justicia argentina comienza a juzgar el “robo del siglo"

Hay tres imputados por robar cajas de seguridad de un banco en 2006, sin siquiera portar armas.

14 de Febrero de 2010 | 11:30 | EFE
BUENOS AIRES.- Un tribunal de Argentina abrirá este lunes el juicio oral por el “robo del siglo", como la prensa denominó al cinematográfico asalto a un banco de capital español en las afueras de Buenos Aires, ocurrido en 2006.

Cuatro sospechosos se sentarán en el banquillo en el Tribunal Oral número uno de la localidad bonaerense de San Isidro.

Los acusados son Alberto de la Torre, Sebastián García Bolster, Julián Zalloecheverría y Fernando Araujo, quienes se enfrentan a penas de más de 30 años de cárcel.

El robo ocurrió el 13 de enero de 2006, cuando cinco personas ingresaron en una sucursal del entonces Banco Río situada en Acassuso, unos 15 kilómetros al norte de la capital argentina.

Las cámaras de seguridad del banco grabaron cómo los cinco hombres entraban en la sucursal, se cubrían los rostros, sacaban sus armas y tomaban como rehenes a las 23 personas que se encontraban en la sede bancaria, entre empleados y clientes.

Unos 200 policías rodearon el banco y decenas de periodistas se apostaron en la zona para seguir el robo en vivo.

Mientras simulaban una negociación con la policía, con la que incluso llegaron a intercambiar un rehén por pizzas, los delincuentes saquearon 145 cajas de seguridad.

Siete horas después un grupo especializado de la policía irrumpió en el banco, pero sólo se encontró con los rehenes, armas de juguete, bombas falsas y una nota que decía: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores. Es sólo plata y no amores".

La sorpresa fue aún mayor cuando los policías hallaron un boquete en la pared que conducía a un túnel de unos 15 metros, construido con antelación, que conectaba con un desagüe pluvial donde los asaltantes abordaron dos botes y alcanzaron una alcantarilla situada a unas 15 cuadras del banco, por la que salieron a la superficie para huir en una camioneta.

Al tratarse de cajas de seguridad, cuyo contenido es confidencial, nunca se supo con precisión el monto del botín, pero la prensa calculó entonces que ascendió a unos 8 millones de dólares y decenas de kilos de joyas.

El plan funcionó a la perfección hasta que una mujer despechada, Alicia Di Tulio, esposa de Alberto de la Torre, delató a la banda y ofreció en bandeja a la policía innumerables pistas que, sumadas a los errores de los delincuentes, han permitido a los fiscales llevar ante los tribunales a los cuatro hombres y procesar a varias personas más.

Para la Fiscalía, De la Torre y Araujo fueron dos de los delincuentes que ingresaron en el banco, García Bolster construyó el túnel y esperó en el bote, y Zalloecheverría condujo la camioneta en la que escaparon.

De la Torre, Araujo y Zalloecheverría llegan al juicio en una situación de libertad vigilada (una pulsera magnética en el tobillo controla sus movimientos), mientras que García Bolster está libre.

Entre los restantes procesados cuyo juicio se espera para una segunda etapa está el uruguayo Mario Vitette Sellanes, supuesto líder de la banda y a quien los fiscales acusan de ser el hombre que negoció con la policía.

También Gastón de la Torre, hijo de Alberto y al que se imputa haber planificado el robo y escondido unos 900.000 dólares del botín, su primo Christian Lemos y la esposa de éste, Patricia Sosa, a quienes se acusa del delito de encubrimiento agravado.

De todos ellos, el único que está preso es Vitette Sellanes, alias "el uruguayo", internado en una cárcel de la periferia de Buenos Aires por haber cometido otro asalto mientras gozaba del régimen de salidas transitorias cuando estaba detenido por el “robo del siglo".

A los acusados les comprometen, entre otras pruebas, los cruces de llamadas telefónicas, los reconocimientos de testigos, la declaración de Di Tulio, el dinero hallado en sus casas (se recuperó 1,5 millón de dólares) y las compras de autos y propiedades hechas después del 13 de enero de 2006.
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