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Londres minimiza implantación de controles a buques que se dirijan a las Malvinas

Un portavoz de la Cancillería británica afirmó que el decreto argentino no afectará a las aguas que rodean a las islas, ya que éstas están bajo control de las autoridades del archipiélago.

17 de Febrero de 2010 | 12:38 | EFE
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El conservador Andrew Rosindell consideró que el canciller David Miliband (en la imagen) debe decirles a las autoridades argentinas que ''éste es un comportamiento inaceptable''.

REUTERS

LONDRES.- El Ministerio británico de Asuntos Exteriores restó hoy importancia a la implantación de controles para el tráfico marítimo con el archipiélago de las Malvinas, que fue anunciada ayer por el gobierno argentino.


Un portavoz del Foreign Office manifestó que las aguas que rodean las islas están bajo el control de las autoridades del archipiélago y que, por lo tanto, no se verán afectadas por el decreto firmado por la Presidenta argentina, Cristina Fernández.


El decreto establece que cualquier buque que quiera transitar entre puertos ubicados en Argentina y las Malvinas, atravesar aguas jurisdiccionales argentinas hacia las islas o cargar mercancía entre los puertos, deberá solicitar autorización al Gobierno del país.


La medida sigue a otras puestas en marcha por Buenos Aires en las últimas semanas, desde que en enero pasado la petrolera Desire Petroleum anunciara el próximo inicio de exploraciones petroleras en aguas al norte de las Malvinas.


El portavoz del Foreign Office dijo que "las regulaciones sobre las aguas territoriales de Argentina son una cuestión que compete a las autoridades argentinas" y que "esto no afecta a las aguas territoriales de las islas Malvinas, que son controladas por las autoridades de las islas".


El Ministerio británico de Exteriores se mostró dispuesto a cooperar con Argentina en los asuntos que afectan al Atlántico Sur y subrayó que actualmente en Londres se sigue trabajando para desarrollar buenas relaciones entre ambos países.


"Argentina y el Reino Unido son socios importantes", explicó el portavoz de Exteriores, quien subrayó que "tenemos una relación estrecha y productiva en una serie de asuntos bilaterales y multilaterales, que incluyen la situación económica global, particularmente en el G-20, los derechos humanos, el cambio climático, el desarrollo sostenible y la no proliferación de armas".


"Queremos, y hemos ofrecido, cooperar en asuntos relacionados con el Atlántico Sur. Trabajaremos para desarrollar con más profundidad esta relación", agregó el portavoz.


Menos diplomático fue el secretario del grupo interparlamentario encargado de tratar las cuestiones relacionadas con esas islas, el conservador Andrew Rosindell, quien pidió al gobierno de Buenos Aires que no interfiera en los asuntos de las Malvinas.


"Espero que el ministro de Asuntos Exteriores (David Miliband) se dirija a las autoridades argentinas para decirles que éste es un comportamiento inaceptable", dijo Rosindell, en declaraciones recogidas por la agencia local de noticias Press Asociation (PA).


El parlamentario declaró que "han pasado 28 años desde la guerra de las Malvinas (1982)" y que en este período "se ha dejado claro a Argentina que no tienen nada que decir sobre las islas Malvinas o sobre sus aguas territoriales y que no deberían interferir".


Rosindell consideró el decreto de la Presidenta argentina "la típica treta política", y la relacionó con la oposición de Fernández a la exploración y explotación de los recursos petrolíferos en el norte de las Malvinas por parte de empresas británicas.


El parlamentario británico instó a los capitanes de los barcos que naveguen por esas aguas a que no hagan caso a las peticiones para que obtengan permisos de navegación de Buenos Aires cuando pasen por aguas internacionales en dirección a las Malvinas, cuyas aguas, afirmó, forman parte de la jurisdicción del Reino Unido.


"Cualquier intento de Argentina de reclamar cualquier tipo de derechos sobre la soberanía de esa región es algo que deberíamos tomar muy en serio. Creo que no deberíamos apaciguar a Buenos Aires. Ya sabemos lo que ocurrió la última vez", dijo.


Nicholas Winterton, el presidente de este grupo interparlamentario con participación de todos los grupos políticos, pidió al Foreign Office mantener la semana que viene un encuentro para hablar del decreto de la Presidenta argentina, que calificó como "patético e inútil".


Tanto el gobierno laborista, como la oposición conservadora, indicó Winterton, permanecen comprometidos con la soberanía de las islas y con el principio de autodeterminación de sus habitantes.


"Los argentinos vuelven a permitirse un comportamiento hostil, aunque hasta ahora sólo verbalmente, contra un vecino amistoso, las islas Malvinas", añadió Winterton.


"Esto no afectará en absoluto a las islas Malvinas. Todo lo que están intentado hacer es impedir el progreso económico de las islas Malvinas, porque por supuesto que fomentar la exploración de hidrocarburos en ese área es una parte importante del proyecto para lograr un futuro sostenible para las islas", afirmó.


"No creo que nadie quiera exacerbar lo que ya es una situación difícil, pero ciertamente es importante que el Foreign Office exprese que este decreto no tiene jurisdicción sobre las aguas internacionales", concluyó Winterton.