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Santiago: Viernes 19 de abril del 2024 | Actualizado 11:48
Maquinaria pesada limpia el cauce de un río que pasa por el centro de Funchal.
FUNCHAL.- Los habitantes de Funchal, capital de la isla portuguesa Madeira, retomaban hoy progresivamente sus actividades, facilitadas por el avance en la limpieza que comenzó luego de las lluvias del sábado que dejaron al menos unos 40 muertos.
En una de las principales arterias comerciales, recubierta totalmente por el lodo hace dos días, numerosos comercios abrieron sus puertas y las autoridades anunciaron el reinicio de las clases en las escuelas de los barrios menos afectados.
Sin embargo, en la ciudad vieja y en las calles cercanas a los ríos que se desbordaron sigue prohibida la circulación. Anoche, el alcalde de Funchal, Miguel Albuquerque, anunció que el acceso al centro de la ciudad seguiría "condicionado" por el riesgo a la seguridad de las personas.
Mientras que los trabajos de limpieza continúan, esta tarde llegará a la isla el Presidente portugués, Anibal Cavaco Silva, para visitar el centro de Funchal y el distrito de Ribeira Brava, unos 20 kilómetros al oeste, devastado por el alud y los deslizamientos provocados por las lluvias del sábado.
En cuanto a la cantidad de víctimas, la confusión reina y los balances son provisorios. Desde el domingo el gobierno regional habló de al menos 42 muertos y 18 desparecidos. Hoy revisó a "39 los cuerpos recuperados", aunque "se mantiene la estimación de 42 muertos", indicó la vocera del gobierno regional.
Anoche, la misma vocera había admitido "cierta confusión" en la comunicación de las cifras. Ese mismo día la estimación de desaparecidos había sido reevaluada en 13 para luego volver a citar la cifra de 18, que se mantiene hoy.
En tanto, para el fin de semana el gobierno regional tendrá una primera estimación de la cifra de daños materiales.
Al respecto, Lisboa ya previó solicitar la intervención del Fondo de Solidaridad de la Unión Europea y una primera línea de crédito de 50 millones de euros ya fue asignada a los comerciantes, muchos de los cuales perdieron todo por el diluvio.
