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Santiago: Sábado 13 de diciembre del 2025 | Actualizado 16:33
MADRID.- España, como Presidencia de turno de la Unión Europea (UE), es partidaria de que los Veintisiete no intervengan en la crisis entre Argentina y el Reino Unido sobre las Islas Malvinas, al considerar que es un asunto "bilateral y no entre regiones", informaron hoy a Efe fuentes del Gobierno español.
La Presidencia española de la UE entiende que este contencioso, agravado en los últimos días por el interés del Reino Unido de llevar a cabo exploraciones petrolíferas, debe ser solventado a través del diálogo entre las dos partes implicadas.
El Ejecutivo español, según las citadas fuentes, comprende que Argentina haya recabado el apoyo de la comunidad latinoamericana en su reivindicación contra el Reino Unido por la soberanía de las Malvinas, pero considera que la UE no debe terciar, al no ser una cuestión "birregional".
También recuerda el Gobierno de Madrid que la UE no toma parte en otros contenciosos territoriales "como el de Gibraltar", entre España y Reino Unido, o en los que afectan a algunos países de Iberoamérica.
"El caso de las Malvinas no es una cuestión europea, sino del Reino Unido", zanja el Ejecutivo español, que ejerce la Presidencia de la Unión durante el primer semestre de 2010.
España ha apoyado siempre en las Cumbres Iberoamericanas las declaraciones en las que se hace un llamamiento a que el Reino Unido y Argentina reanuden las negociaciones sobre el estatus de las islas, de acuerdo con las resoluciones de Naciones Unidas.
La tensión entre ambos países se ha incrementado en las últimas semanas debido a los planes de Londres de buscar petróleo en el lecho marítimo de las Malvinas (Falkland Islands, para los británicos), en aguas del Atlántico Sur.
Argentina asegura que estas actuaciones suponen explotar los recursos naturales de un territorio que considera que está bajo su dominio.
El archipiélago está en poder de Gran Bretaña desde 1833, dominio que sólo se interrumpió durante las diez semanas que duró la invasión argentina en 1982, desencadenante de una guerra en la que murieron 155 militares británicos y más de 650 argentinos.
