MEXICO.- La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) dijo ayer que ocho periodistas han sido secuestrados en la ciudad fronteriza mexicana de Reynosa en el lapso de dos semanas, lo que calificó como "un hecho grave sin precedentes en el hemisferio occidental".
El grupo de prensa señaló que sólo han aparecido tres de los periodistas secuestrados entre el 18 de febrero y el 3 de marzo al otro lado de la frontera de McAllen, Texas: uno murió al parecer por tortura, dos fueron encontrados con vida; cinco siguen desaparecidos.
"El gobierno mexicano debe actuar con urgencia y contundencia para rescatar con vida a los comunicadores y garantizar la libertad de expresión", dijo Alejandro Aguirre, presidente del grupo periodístico, agregando que la SIP "está alarmada de las dimensiones que están alcanzando en México los ataques contra periodistas, que se explican en gran medida por la inacción de la autoridad y por el altísimo nivel de impunidad que prevalece".
Los secuestros fueron realizados al parecer por bandas de narcotraficantes de Tamaulipas, estado de la costa del golfo al que pertenece Reynosa.
Fiscales de Tamaulipas y la procuraduría general de justicia del país no pudieron confirmar de inmediato el reporte.
La asociación de prensa agregó que las personas cercanas a las víctimas tienen mucho miedo, por lo cual no han reportado los secuestros.
Reynosa y otras varias ciudades en Tamaulipas han estado en el centro de una ola de balaceras durante las últimas semanas, atribuidas a batallas entre el Cártel del Golfo y sus ex aliados y sicarios conocidos como Los Zetas.
El grupo citó fuentes de la SIP que rechazaron decir los nombres de las víctimas o presentar denuncias formales ante las autoridades por temor a represalias o a poner más en riesgo las vidas de las víctimas.
Los reporteros secuestrados trabajan para medios diversos, como impresos, radio y otros.
Varios grupos internacionales protectores de reporteros han señalado a México como el país más peligroso de América para los periodistas. Algunos medios de prensa mexicanos han disminuido su cobertura sobre la violencia del narcotráfico —o han dejado de reportar al respecto— debido a preocupaciones de seguridad.
Al menos se ha confirmado oficialmente la muerte de tres periodistas mexicanos en lo que ha transcurrido del 2010, y 12 reporteros fueron asesinados en México durante el 2009.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos, ente gubernamental del país, dijo que en total han sido asesinados 60 periodistas desde el 2000.