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Victoria casi segura de Insulza no es carta blanca en la OEA

La reelección del chileno en el organismo se da por segura, pero sus críticos le recuerdan sus polémicas decisiones.

21 de Marzo de 2010 | 07:38 | DPA
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La falta de rivales y el gran número de votos que ya tiene asegurados el ex canciller chileno, no suponen necesariamente un voto de confianza total en su gestión.

EFE
WASHINGTON.- Muchas sorpresas tendrían que darse para que José Miguel Insulza no sea reelegido como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) en los comicios que el organismo hemisférico celebrará este miércoles en Washington.

Pero la falta de rivales y el gran número de votos que ya tiene asegurados el ex canciller chileno -que superarían ampliamente los 17 mínimos requeridos para que su candidatura sea aprobada- no suponen necesariamente un voto de confianza total en su gestión durante los últimos cinco años ni, mucho menos, para el próximo quinquenio.

Hay logros de la gestión de Insulza que pocos niegan, como el reconocimiento que han alcanzado las misiones de observación electorales de la OEA en los últimos años o la "visibilidad" que ha conseguido un organismo durante años sumido en las sombras.

"Hoy se habla de la OEA, hoy en día es un organismo mucho más relevante y estable de lo que era, tiene un peso internacional que hace unos años no tenía", sostuvo Insulza en una entrevista con la agencia dpa a comienzos de año.

De hecho, puede que muchos lo critiquen, pero apenas ningún país del hemisferio ha dejado de acudir al organismo para dirimir diferencias regionales, como las de Colombia y Ecuador.

Con todo, son muchas las gestiones de Insulza que han suscitado algo más que reticencias, y desde todos los espectros políticos.

Ni siquiera hay que retrotraerse mucho en el tiempo: el año 2009 y su decidido impulso al levantamiento de la sanción que mantenía expulsada desde los años 60 a Cuba o su manejo de la crisis en Honduras tras el golpe de Estado del 28 de junio son ejemplos más que suficientes para aquellos que consideran que, o bien se sobrepasó en sus funciones o no estuvo a la altura de las expectativas.

Para los sectores más conservadores, Insulza no hizo además lo suficiente respecto a lo que muchos consideran el "deterioro" de la democracia en países como Venezuela o Nicaragua, mientras que precisamente estas naciones figuran entre las más críticas a su manejo de la crisis de Honduras, que ven hasta como una concesión al golpismo.

A juicio del experto en la región Peter Hakim, presidente del laboratorio de ideas de Washington Diálogo Interamericano, el apoyo a la candidatura de Insuzla "no es fuerte", pero la falta de rivales hay que explicarla desde otro ángulo.

Aparte de que sea "muy inusual" que al jefe de una organización internacional o regional se le deniegue un segundo mandato, "resulta difícil organizar una oposición a un líder en funciones porque eso es considerado como un insulto a su país de origen, no sólo al individuo", dijo a DPA.

Además, agregó, "retar a un líder ya existente resulta muy divisivo", una situación que a una OEA que cada vez afronta más retos, incluso la creación de una organización alternativa latinoamericana, no le interesa en absoluto.

Aunque las normas del organismo hemisférico prevén que se pueden presentar candidatos hasta el mismo día de las elecciones, Hakim desestimó esta posibilidad, ya que "un desafío de último minuto a Insulza sería visto como un insulto gratuito" y, además, "hay muy pocos candidatos potenciales que pudieran competir seriamente" con el chileno y "ninguno de ellos está preparado para hacerlo, ni su país está dispuesto a nominarlo", aseveró.

El país que más reticente se ha mostrado a revelar su voto es Estados Unidos, pese a que -a regañadientes, eso sí- acabó dando su respaldo a propuestas de Insulza como la resolución sobre Cuba o su actuación frente al golpe hondureño.

Analistas apuntan a que el silencio podría deberse a discrepancias dentro de la misma administración norteamericana, sobre todo en un Departamento de Estado que todavía cuenta con muchas figuras del anterior gobierno republicano, incluso dentro de su representación en la OEA.

Pero puede que su cautela se deba también a las malas experiencias del año pasado, cuando nombramientos clave como el del máximo responsable para América Latina del Departamento de Estado, el también chileno Arturo Valenzuela, estuvieron congelados durante meses por senadores republicanos que se oponían a la condena del gobierno estadounidense al golpe en Honduras.

Con todo, según Hakim, Washington es consciente de "cuán divisorio sería el apoyo estadounidense a otro candidato" en un organismo donde todavía no se ha logrado superar las tradicionales reticencias latinoamericanas al poderoso vecino del norte.

Sea como fuere, todo apunta a que Insulza puede irse preparando ya para una victoria incontestada, aunque los retos que le esperan, como lograr una OEA más activa a la hora de evitar crisis, no le dejarán mucho tiempo para celebraciones.
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