MANILA.- Siete soldados filipinos resultaron heridos por la explosión de una mina colocada por presuntos rebeldes comunistas del Nuevo Ejército del Pueblo (NEP) en la región sur del archipiélago.
El suceso ocurrió en la provincia de Cotabato del Norte, 950 kilómetros al sur de la capital y donde un camión del Ejército volcó por el estallido del artefacto, según el coronel Alejandro Estomo.
La emboscada fue aprovechada por un número indeterminado de guerrilleros para abrir fuego contra las tropas, pero éstas respondieron y obligaron a los insurgentes a huir a las montañas.
El brazo armado del ilegal Partido Comunista de Filipinas cuenta con entre 5.700 y 7.200 combatientes regulares y en 2009 cumplió cuatro décadas del alzamiento en armas contra las fuerzas gubernamentales, en un conflicto que causa muertes todas las semanas.
Hasta ahora, la guerrilla maoísta más antigua de Asia se ha resistido a aceptar un acuerdo que no incluya compromisos concretos en materia de reforma agraria.
Las últimas negociaciones de paz fueron suspendidas en 2004, cuando el Gobierno filipino se negó a que Estados Unidos y la Unión Europea retiraran al NEP y su plataforma política de sus listas de organizaciones terroristas.
