Disidente cubano afirma que dejaría huelga si hay consulta sobre presos políticos

LA HABANA.- El disidente cubano Guillermo Fariñas está dispuesto a deponer la huelga de hambre que mantiene hace 43 días, si el Presidente Raúl Castro convoca a un referendo sobre los presos políticos, idea que fue propuesta hoy por otros opositores, según dijo telefónicamente a la AFP.

"Por respeto y consideración a un grupo de hermanos opositores aceptamos esa propuesta, para demostrarle al mundo que la oposición cubana está dando alternativas", afirmó Fariñas desde el hospital provincial de Santa Clara (centro), donde fue internado el 11 de marzo pasado.

En una carta dirigida a Raúl Castro, que según los disidentes fue entregada en la sede de Gobierno, la agrupación "Agenda para la Transición" le propuso un referendo en el cual se pregunte a los cubanos si son partidarios de que los presos políticos sean liberados "todos", "sólo los más enfermos por razones humanitarias" o "ninguno".

No obstante, Fariñas, quien realiza su ayuno para exigir la libertad de 26 reclusos políticos enfermos, dijo no tener "ninguna esperanza de que el gobierno acceda a celebrar el referendo".

El presidente de la Agenda, Francisco Chaviano, explicó que le sugieren a Raúl Castro realizar la consulta simultáneamente con los comicios municipales que se celebrarán en toda la isla el próximo 25 de abril.

Así "no habría que convocar a ningún evento especial", "no se requeriría de gastos ni esfuerzos adicionales" y "se aseguraría el carácter secreto de la consulta", subrayó la misiva, una copia de la cual fue entregada a la prensa internacional.

Según Chaviano, si el gobierno acepta, Fariñas "interrumpiría inmediatamente" el ayuno que inició el 24 de febrero pasado, un día después de que el opositor Orlando Zapata Tamayo muriera tras una huelga de hambre que llevó en prisión durante casi tres meses.

La muerte de Zapata Tamayo y la huelga de Fariñas, que "Granma" califica hoy de "show" mundializado, desataron una ola de críticas y condenas internacionales, que el gobierno de Cuba considera una campaña de Estados Unidos y Europa para "desacreditar" a la Revolución y desestabilizar al país.

Raúl Castro advirtió el domingo que no cedería "al chantaje" de sus enemigos y los responsabilizó por una posible muerte de Fariñas, a quien el Gobierno tilda, al igual que a todos los opositores, de "mercenario" de Washington.