El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, sonríe durante un encuentro bilateral con el primer ministro de India.
EFEWASHINGTON.- La capital estadounidense incrementó hoy visiblemente la seguridad con motivo de la llegada de algunos de los líderes extranjeros, entre ellos el Presidente de Chile, Sebastián Piñera, que participarán mañana y el martes en la Cumbre de Seguridad Nuclear.
El mayor encuentro internacional auspiciado por un presidente estadounidense desde 1945 hará que Washington despliegue uno de los mayores dispositivos de seguridad de su historia.
La cumbre ha sido declarada por el director del Servicio Secreto, Mark Sullivan, un "evento especial para la seguridad nacional", es decir, un acontecimiento de la categoría de una investidura presidencial.
La policía blindó ya hoy algunos de los hoteles más emblemáticos de la capital, donde se alojarán los representantes de los 47 países que participarán en el encuentro, de los que 38 son jefes de Estado o de Gobierno.
Además, ha comenzado el desfile de comitivas presidenciales, reconocibles por las limusinas negras y los policías motorizados que las acompañan y que prometen convertir en caótico el tráfico durante los dos próximos días.
Hoy mismo circularon varias en las calles próximas a la Casa Blanca, donde el presidente estadounidense, Barack Obama, mantiene reuniones bilaterales con sus homólogos de India, Kazajistán, Sudáfrica y Pakistán.
Aunque las autoridades no han desvelado el número de agentes asignados a este operativo, la cifra superará la de septiembre de 2009, cuando unos 6.000 policías y soldados de la Guardia Nacional se encargaron de la seguridad de los mandatarios del G-20 en Pittsburg.
Mucho mayor fue el despliegue en la investidura de Obama, en enero de 2009, cuando fueron unos 42.000 agentes, entre ellos 7.500 soldados, 10.000 efectivos de la Guardia Nacional y cerca de 25.000 policías locales y federales, los que garantizaron la seguridad dirigidos por el Servicio Secreto.
La Cumbre de Seguridad Nuclear girará en torno a la amenaza del terrorismo nuclear y la necesidad de adoptar medidas para impedir que grupos terroristas puedan hacerse con plutonio o uranio enriquecido.