MADRID.- El juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón acudió hoy al Tribunal Supremo para declarar como imputado por las presuntas irregularidades en relación con unos cursos patrocinadas por el Banco Santander que él impartió en la Universidad de Nueva York entre 2005 y 2006.
Garzón llegó caminando a la sede del alto tribunal, donde una mujer lo recibió con gritos de "inocente, inocente", pero no quiso hacer declaraciones a los medios de comunicación que allí le esperaban.
El juez instructor Manuel Marchena citó a Garzón para declarar en relación con una demanda por prevaricación y cohecho que interpusieron contra él los abogados José Luis Mazón y Antonio Panea.
Los letrados acusan al juez de haber percibido del Banco Santander 302.000 dólares para llevar a cabo los mencionados cursos en Nueva York y que a cambio de ese patrocinio favoreció a varios directivos de la entidad, entre ellos su presidente, Emilio Botín, al rechazar la admisión de una querella en contra de éstos en un proceso penal.
Garzón niega cualquier irregularidad y sostiene que él no gestionó ni administró los fondos que destinó el Banco Santander para sus conferencias en Nueva York y que los ingresos que percibió por éstas no procedían de la entidad financiera. También el banco rechaza las acusaciones.
Esta es la segunda vez que Garzón acude a declarar en el Tribunal Supremo como imputado en menos de un año, después de que lo hiciera el pasado mes de septiembre por sus investigaciones sobre los crímenes de la dictadura franquista (1939-1975), tras ser demandado por prevaricación por organizaciones de la ultraderecha.
Esa imputación llevará a Garzón al banquillo de los acusados y podría conducir a su suspensión como juez.
Garzón se enfrenta además a una tercera querella, por haber autorizado presuntamente una escuchas ilegales durante la investigación de un escándalo de corrupción que afecta al opositor Partido Popular (PP).