Didier Reynerds oficiará como mediador del conflicto político.
AFP
BRUSELAS.- El líder de los liberales francófonos y actual ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, que ayer recibió el encargo real de desbloquear el conflicto lingüístico que mantiene en el aire el actual Gobierno del país, inició hoy los contactos entre las partes, en un ambiente cargado por el escepticismo de los líderes flamencos.
No ha trascendido el resultado de los esfuerzos realizados hasta ahora por el presidente del partido MR, al que el monarca Alberto II encomendó la tarea de “crear las condiciones necesarias para que se retomen lo antes posible las negociaciones” sobre el contencioso lingüístico de la periferia de Bruselas.
Sin embargo, las declaraciones realizadas por algunos líderes de los partidos flamencos en distintos debates organizados por las televisiones nacionales no dejan muchos motivos para la esperanza.
El partido liberal flamenco Open VLD, que desencadenó la crisis al amenazar con salirse de la coalición de Gobierno ante el escaso progreso de las negociaciones, reafirmó hoy su ultimátum si el mediador no es capaz de consensuar una solución que les satisfaga antes del jueves.
El origen del conflicto que provocó la dimisión del primer ministro, Yves Leterme, el jueves pasado, está relacionado con la escisión del distrito Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), que enfrenta a flamencos y francófonos.
Los flamencos reclaman el final del tratamiento especial que reciben las ciudades de Halle y Vilvoorde, situadas en Flandes pero habitadas por una mayoría de francófonos, que hasta ahora ha permitido a estos últimos votar por listas francófonas y ser juzgados en su lengua materna.
El Open VLD ha fijado el jueves como fecha límite porque es el día en el que algunos partidos flamencos amenazan con forzar un voto sobre el contencioso en el Parlamento federal, en el que tienen mayoría, lo que agudizaría aún más el problema lingüístico.
El presidente de los nacionalistas conservadores flamencos del N-VA, Bart De Wever, calificó hoy de “cínica” la decisión de confiar a Reynders la solución del conflicto y amenazó con retirarse del Gobierno regional de Flandes si el partido democristiano flamenco del CD&V hace demasiadas concesiones sobre el asunto Bruxelles-Hal-Vilvorde.
La presidenta del partido socialista flamenco sp.a, Caroline Gennez, también mostró su pesimismo y coincidió con De Wever en que el conflicto podría afectar a los equilibrios en el Ejecutivo regional flamenco, del que forma parte su formación.
En cambio, la presidenta del CD&V, Marianne Thyssen, criticó el ultimátum y llamó a la cooperación en la mesa de negociaciones.
Ningún presidente de partidos francófonos participó en estos programas dominicales. El presidente del Frente Democrático Francófono, Olivier Maingain, estaba anunciado en una de ellas, pero finalmente canceló su presencia, ante la petición de Reynders en este sentido, según ha informado la agencia de noticias Belga.