KUALA LUMPUR.- Un tribunal de justicia de Singapur sentenció hoy a un hombre a 36 años de cárcel y recibir 24 latigazos por violar repetidamente a su hija desde que tenía seis años de edad.
La pequeña quedó en una ocasión embarazada y tuvo que mentir a la Policía porque si no lo hacía su padre la amenazaba con una paliza, y luego abortó.
El condenado, de 43 años y cuya identidad no fue revelada para proteger a la víctima, fue calificado por la fiscalía de “monstruo incorregible” y “sin redención posible", según la edición digital del diario “Straits Times".
Brunei, Malasia y Singapur todavía aplican a algunos delincuentes el castigo corporal con un látigo de ratán, una herencia de cuando los tres territorios fueron parte del Imperio Británico.En la ciudad-estado, la pena mínima es de seis azotes y la máxima de 24.