MOSCÚ.- El Servicio Federal de Seguridad (FSB) confirmó hoy la muerte de tres miembros del grupo caucásico que a finales de marzo perpetró los dos atentados con bomba contra el metro de Moscú, que causaron 40 muertos.
"Desgraciadamente, a tres miembros de la banda no se les pudo coger vivos durante la detención. Ofrecieron una dura resistencia armada y fueron aniquilados", afirmó Alexander Bortnikov, director del FSB, según las agencias rusas.
Bortnikov, que hizo estas afirmaciones durante una reunión con el Presidente ruso, Dmitri Medvedev, aseguró que los tres terroristas abatidos acompañaron a las suicidas hasta la capital rusa.
Incluido -añadió- "un individuo que acompañó a una de las terroristas hasta el lugar del atentado".
"Ha sido establecida la identidad de todos los participantes en la banda que tuvo relación con las explosiones del metro, tanto los que protagonizaron el atentado, como los organizadores", dijo.
El director del FSB, principal órgano de la lucha antiterrorista, subrayó que "actualmente se sigue buscando activamente a los otros miembros de la banda. Los conocemos bien. Esta labor se realiza en cooperación con la Fiscalía y el Ministerio del Interior".
Por su parte, Medvedev ordenó al FSB que no tenga compasión con los terroristas y que lo mantengan informado permanentemente sobre la marcha de la investigación.
"Aquellos que ofrezcan resistencia deben ser aniquilados, sin compasión alguna", dijo.
Dos viudas negras, es decir, mujeres o familiares de guerrilleros caucásicos abatidos por las fuerzas federales rusas, cometieron el 29 de marzo pasado en hora punta sendos atentados suicidas en las estaciones del metro moscovita de Park Kultury y Lubyanka.
Una profesora de la república norcaucásica de Daguestán, Mariam Sharipova, detonó la bomba que llevaba adherida a su cuerpo en la estación Lubyanka, frente a la sede del FSB, antiguo KGB. En tanto, en Park Kultury la terrorista fue Dzhanet Abdurajmanova (Abdullayeva), de 17 años, también daguestaní.
Ambas mujeres suicidas se subordinaban directamente al líder islamista de Chechenia, Doku Umarov, quien reivindicó los ataques terroristas en la capital rusa y prometió extender la guerra por todo el país.