Garzón lleva 22 años trabajando en el tribunal español.
APMADRID.- El juez español Baltasar Garzón dejó hoy con lágrimas su puesto en la Audiencia Nacional, luego de que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) decidiera suspenderlo cautelarmente en relación con el juicio oral que afronta por investigar los crímenes del franquismo.
Según explicó hoy en rueda de prensa la portavoz del CGPJ, Gabriela Bravo, la resolución fue adoptada por unanimidad de los 17 vocales y el presidente del órgano, Carlos Dívar.
Durante la celebración del pleno que decidía sobre la suerte del magistrado, familiares de víctimas del franquismo se concentraron frente a las puertas del CGPJ en apoyo de Garzón.
El mismo respaldo lo tuvo el juez cuando, tras conocerse la noticia de la suspensión cautelar, abandonaba entre lágrimas (las suyas también), vítores y aplausos de sus compañeros la Audiencia Nacional, 22 años después de cruzar sus puertas por primera vez como magistrado.
En rueda de prensa, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, reiteró el respeto del Ejecutivo a las decisiones del CGPJ y también reclamó que se respete la presunción de inocencia de Garzón.
"El procedimiento no ha concluido", afirmó.
Por su parte, las asociaciones de jueces españolas coincidieron en señalar que la decisión de suspender a Garzón era la "única" que se podía adoptar con lo que marca la ley.
Garzón no puede ser objeto de "un trato diferenciado", dijo al respecto el portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura, Antonio García, quien subrayó que la decisión "es incontrovertible desde el punto de vista jurídico".
No pensaron así diferentes colectivos sociales, como la plataforma de artistas contra la impunidad del franquismo, que consideró el procedimiento abierto contra Garzón como un "proceso contra las víctimas".
Por su parte, el Premio Nobel de Literatura José Saramago aseguró que la suspensión de Garzón es una de las noticias "más tristes" que recibió jamás.
Con este juez "sabíamos que las leyes y su espíritu estaban vivos porque le veíamos actuar", por eso, agregó el escritor portugués, "las lágrimas del juez Garzón son hoy mis lágrimas".
En tanto, el sindicato Manos Limpias, uno de los acusadores de Garzón, calificó de "triunfo de la ley" la suspensión cautelar del juez y recordó que no tiene la categoría moral de los jueces antimafia italianos, pues éstos "jamás utilizaron la justicia en beneficio propio ni se dejaron utilizar por el poder político de turno".