WASHINGTON.- La soberanía sobre las islas Malvinas es un asunto que debe ser tratado entre Argentina y Gran Bretaña, y Estados Unidos no jugará un papel a menos que ambas partes así se lo soliciten, afirmó hoy el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.
"Éste es un asunto entre Argentina y Gran Bretaña. No veo en este momento un papel para Estados Unidos, a menos que ambas partes lo soliciten", dijo Crowley.
El tema de las Malvinas, cuya soberanía Argentina reclama a Gran Bretaña, volvió a calentarse en días pasados por intercambio de recriminaciones entre ambos gobiernos.
El jueves pasado, el gobierno británico del Primer Ministro David Cameron presentó una quejar formal por las restricciones a la navegación entre el continente y las islas que impuso Buenos Aires hace tres meses, en respuesta a la puesta en marcha de la exploración petrolera en el área de las Malvinas.
La protesta se produjo pocos días después de que la Presidenta argentina, Cristina Fernández, criticara con dureza durante la cumbre eurolatinoamericana de Madrid la negativa de Gran Bretaña de sentarse a negociar la soberanía de las islas por las cuales ambos países libraron una guerra en 1982.
La embajadora británica en Argentina fue citada para hoy por el gobierno de ese país para responder a la queja de Londres.
Durante una visita a Buenos Aires en marzo pasado, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, ofreció su ayuda para que Gran Bretaña y Argentina se sentaran a hablar sobre el disputado territorio.
Según versiones, el gobierno británico habría resentido que Clinton usara alternativamente el nombre de Falklands, como le dicen los ingleses a las islas, y el de Malvinas, como le dicen los argentinos.