LONDRES.- El hombre de 40 años acusado de asesinar a tres mujeres que trabajaban como prostitutas en la ciudad inglesa de Bradford, dijo hoy a un tribunal que su nombre era "El caníbal de la ballesta".
Ayer, Stephen Griffiths, un maduro estudiante de criminología en la Universidad de Bradford, fue acusado de matar a Suzanne Blamires, de 36 años; Shelley Armitage, de 31; y Susan Rushworth, de 43.
Los restos de Blamires, que estaba desaparecida desde el viernes pasado, fueron hallados el martes en un río en West Yorkshire, mientras que Armitage sigue sin aparecer desde el 26 de abril pasado. Por su parte, Rushworth desapareció el 22 de junio de 2009.
Griffiths compareció brevemente esta mañana ante el Tribunal de Magistrados de Bradford y cuando se le pidió que confirmara su nombre dijo: "El caníbal de la ballesta".
En otros momentos se sentó y se tocó con nerviosismo la cabeza, mirando en silencio al suelo. Fue puesto en custodia para que comparezca más tarde en el Tribunal Real de Bradford.
Griffiths fue arrestado el lunes y el titular del Ministerio fiscal del Servicio de la Corona en West Yorkshire dijo que había pruebas suficientes para acusarlo de los tres asesinatos.
"El señor Griffiths permanece ahora acusado de tres delitos criminales extremadamente graves y tiene derecho a un juicio justo", dijo ayer Peter Mann.
Los asesinatos recuerdan a los de Peter Sutcliffe, el "destripador de Yorkshire", llamado así por sus semejanzas con "Jack el destripador", que fue acusado de matar a cinco mujeres en el este de Londres en 1888, pero que nunca fue hallado.
Sutcliffe, un camionero de 63 años, fue encarcelado de por vida en 1981 por el asesinato de 13 mujeres y el intento de matar a siete más durante las décadas de 1970 y 1980, cuando atacó principalmente a prostitutas en la zona del norte de Inglaterra.
Tras confirmarse que su hija había sido asesinada, la madre de Blamires, Nicky, le rindió tributo.
"Desgraciadamente mi hija tomó el camino equivocado y no tuvo la vida que pensaba", dijo en un comunicado.
"Fue una hija, hermana y sobrina muy querida, y lo que le ha ocurrido me perseguirá hasta el día de mi muerte. Al final del día nadie se merece esto. Todas estas chicas eran seres humanos e hijas del pueblo", añadió.
El Colectivo Inglés de Prostitutas dijo que las muertes, que se producen apenas unos años después del asesinato de cinco prostitutas a manos de Steve Wright en Ipswich, mostraban la necesidad de un cambio de la legislación.
"Las trabajadoras del sexo continúan pagando el precio de décadas de criminalización y, más recientemente, de una cruzada moral liderada por el Gobierno contra la prostitución", dijo.
"Si las mujeres pudieran salir e informar de agresiones y éstas fueran investigadas exhaustivamente, los hombres violentos podían ser frenados, quizás incluso antes de que llegaran a matar", añadió.