BUENOS AIRES.- El nuevo canciller argentino, Héctor Timerman, afirmó hoy que "el tema de Botnia fue prioritario y será prioritario porque la relación con Uruguay es prioritaria", en relación a la pastera finlandesa instalada en el país vecino que provocó el corte de un puente internacional durante tres años y medio.
Además, el ex embajador argentino en Estados Unidos aseguró que la Presidenta Cristina Fernández "tiene plena confianza en la gente de la Cancillería", cuya cartera asumirá hoy como ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, en reemplazo de Jorge Taiana, quien renunció el viernes pasado.
Timerman confesó que su designación fue "totalmente inesperada", y señaló que "la política exterior la fija la Presidenta" y que su función es ejecutarla.
"Con Uruguay vamos a buscar el mejor camino. La Presidenta quiere que esto sea un ejemplo de control ambiental para el mundo y vamos a dar un ejemplo de control ambiental", prometió.
La ciudad argentina de Gualeguaychú protesta desde noviembre de 2006 por la instalación de la pastera UMP (ex Botnia) en la uruguaya Fray Bentos, debido a que, según los asambleístas, provoca contaminación.
Tras tres años y medio de bloqueo de un puente internacional que une ambas ciudades, la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú decidió levantar el corte por 60 días, con una serie de exigencias para el gobierno argentino, que fundamentalmente están centradas en la manera en que se realizará el monitoreo de la planta para determinar si contamina o no el río Uruguay.
El nuevo canciller adelantó que el tema de la participación de Brasil en el monitoreo va a hablarlo con el canciller uruguayo, Luis Almagro, y que "hay varios temas pendientes de resolución".
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) con sede en La Haya dictaminó en una sentencia conocida en abril que Uruguay violó el Estatuto binacional del río Uruguay al autorizar la instalación de la fábrica sin informar antes a Argentina, pero consideró que no hay pruebas de contaminación, por lo que no ordenó desmantelar la planta, tal como exigen los manifestantes más intransigentes.