MANILA.- El Presidente de Filipinas, Benigno Aquino, asumió hoy su cargo para un mandato de seis años con el desafío de reducir la pobreza, poner fin a la corrupción y luchar contra la violencia que afecta a amplias zonas del país.
Benigno Simeon Cojuangco Aquino III insistió durante su discurso inaugural, de unos veinte minutos de duración, que sus objetivos son recobrar la credibilidad en el Gobierno, convertir Filipinas en un lugar atractivo para la inversión y terminar con la corrupción, uno de los mensajes centrales de su campaña.
El nuevo Mandatario filipino realizó varias menciones durante su alocución al legado de sus padres, en especial al considerado mártir de la democracia Benigno Aquino, asesinado en 1983, y a Corazón Cojuangco, la primera presidenta del país tras el restablecimiento de la democracia en 1986.
La toma de posesión de Aquino, que sustituye en el cargo a Gloria Macapagal Arroyo, congregó a cientos de miles de personas en un céntrico parque de Manila, bajo estrictas medidas de seguridad por temor a ataques por parte de los rebeldes comunistas o grupos terroristas islámicos.
El gobierno formado por el nuevo mandatario incluye a "una mezcla de nuevas y viejas caras", según sus propias palabras, en el que están incluidos varios miembros del Gobierno de Arroyo que dimitieron en 2005 después de un escándalo que vinculaba a la presidenta con un fraude electoral.
Aquino aseguró que creará una "comisión de la verdad" para investigar las supuestas irregularidades cometidas por Arroyo y los miembros de su Gobierno.