LA HABANA.- El canciller español, Miguel Ángel Moratinos, llegará el lunes a Cuba buscando liberaciones de presos políticos y para intentar desactivar la huelga de hambre del disidente Guillermo Fariñas, cuya deteriorada salud pone en riesgo las negociaciones de derechos humanos.
Su viaje pretende dar legitimidad internacional al diálogo entablado en mayo entre el presidente Raúl Castro y la Iglesia Católica, que llevó hasta ahora a la liberación de un preso en silla de ruedas y discretas mejoras en la situación de otros 12 reos.
Moratinos ha dicho que espera "resultados positivos" de su visita de dos días a La Habana, donde se reunirá con el canciller Bruno Rodríguez, con el cardenal Jaime Ortega y probablemente con el presidente Castro.
"Esperamos apoyar el esfuerzo que se está llevando a cabo entre la Iglesia Católica y las autoridades cubanas", dijo.
La salud de Fariñas, seriamente comprometida tras 130 días en huelga de hambre para reclamar la liberación de presos políticos enfermos, aumenta las expectativas y también la presión en torno a la visita de Moratinos.
Cuba advirtió ayer que sus médicos están ya agotando los recursos para mantenerlo con vida y el psicólogo de 48 años corre riesgo de muerte debido a un coágulo en la yugular.
Fariñas dice que llevará su huelga hasta el final."Si muriera sería terrible", dijo una fuente de la Iglesia Católica.
La muerte en febrero del preso político Orlando Zapata tras 85 días en huelga de hambre para reclamar mejores condiciones de detención deterioró las relaciones de la isla con la Unión Europea y Estados Unidos.
Pero diplomáticos occidentales en La Habana confían en que Fariñas deponga su huelga si el Gobierno cubano excarcela a más presos políticos, algo que la Iglesia Católica confía que ocurrirá como resultado de las conversaciones.