CIUDAD DEL VATICANO.- El vocero del Vaticano defendió el sábado las nuevas normas respecto a abusos sexuales por parte de sacerdotes, diciendo que son una respuesta importante y duradera a las denuncias, pero admitió que la Iglesia necesitará demostrar un compromiso a largo plazo si quiere erradicar esos crímenes.
La Santa Sede emitió sus normas revisadas esta semana, en un momento en que enfrenta uno de los escándalos más graves de su historia reciente.
Las revelaciones de violaciones y otros abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes, y el supuesto encubrimiento de los crímenes por obispos, se han ido acumulando durante meses.
Las normas emitidas por la Santa Sede días atrás sancionan a los sacerdotes que abusan de niños y discapacitados mentales, y duplican el período de prescripción de esos delitos.
El vocero papal, reverendo Federico Lombardi, dijo que la respuesta de la Iglesia "será duradera y tendrá un profundo impacto".
En comentarios a Radio Vaticano, Lombardi pareció defender la ausencia de cualquier mención de la necesidad de reportar abusos a la policía, uno de los puntos más controvertidos.
Lombardi dijo que la Iglesia, como cualquier gran comunidad, ha de tener "leyes claras y conocidas" que son "una guía esencial" y distintas de aquellas de países en que la Iglesia está presente. Pero destacó que "las leyes civiles han de ser obviamente respetadas y llevadas a la práctica por los hombres de la Iglesia".
Las normas, que cubren los procedimientos canónicos y las multas por los crímenes sacramentales y morales más serios, fueron emitidas el jueves.
El documento codifica sobre todo prácticas existentes, pero también introduce nuevos elementos: Los sacerdotes que posean o distribuyan pornografía infantil y los que abusen sexualmente de discapacitados mentales ahora serán sujetos a los mismos procedimientos y castigos que los sacerdotes que abusan de niños.
Las normas también señalan que el intento de ordenación de mujeres es un "crimen grave" sujeto al mismo conjunto de procedimientos y castigos que el abuso sexual, lo que ha provocado protestas por parte de grupos de ordenación de mujeres.
Lombardi dijo que las nuevas normas, aunque son necesarias, no representan toda la solución. Destacó que es necesario comprometerse con la educación y entrenamiento del clero y otros empleados que trabajen en instituciones dirigidas por la Iglesia, donde la mayoría de los abusos ocurren.
