Nicaragüenses celebraron llegada de San Domingo de Guzmán en fiesta tradicional

MANAGUA.- Miles de nicaragüenses festejaron este domingo la llegada del patrono de Managua, Santo Domingo de Guzmán, un misionero español canonizado que apareció "milagrosamente" hace 125 años por estas tierras para curar enfermos y ayudar necesitados tras un terrible aluvión.

Cuenta la leyenda que su poder de curación fue tan grande que, desde entonces, miles de feligreses católicos lo veneran y guardan su imagen en una parroquia de Las Sierritas, al sur de Managua, de donde baja todos los años en  esta fecha en peregrinación para visitar la capital.

"Santo Domingo de Guzmán hace caminar a los enfermos del pie, ver a los  ciegos, cura enfermedades como el cáncer y ofrece bienestar", contó Milagros Ruiz, una devota de 49 años, en medio de la peregrinación.

La imagen de Santo Domingo fue descubierta en 1885 por un leñador nicaragüense en una loma cercana a Managua llamada Sierrita. "¡Viva Santo Domingo!", gritan los feligreses que bailan y caminan a paso lento cerca del altar lleno de flores que traslada la diminuta imagen del  santo, que es cargada por más de cien hombres en sus hombros.

La marcha es acompañada por alegres músicas folklóricas, mientras los devotos favorecidos con los "milagros" del santo cumplen sus promesas caminado descalzos, de rodillas, vestidos con pintorescos trajes de indio o con el cuerpo bañado en aceite negro.

Para mucha gente que vive en la pobreza en Nicaragua, los santos milagrosos son los únicos que pueden ayudarles a resolver sus problemas de salud, falta de  trabajo y otras penurias. "Mi hermano tenía un problema en la piel y el santo lo curó", aseguró Miriam Sequeria, quien participa todos los años en la tradicional fiesta con su  familia. "A mí me curó de un derrame cerebral, pero todavía me duele la rodilla",  relató por su parte una anciana de 84 años, que esperaba sentada en una vereda la pasada del Santo.

"Yo quiero que nos dé bienestar", pidió Lorgia Martínez, quien a sus 54 años trabaja como empleada a cambio de un salario de 120 dólares (alrededor de 60 mil pesos) para mantener a su marido enfermo de diabetes y a sus tres nietos, porque su hija -la madre  de los niños- se fue a buscar trabajo a Costa Rica.

Relatos como éstos y los bailes forman parte del ruidoso trayecto de 10 km que San Domingo de Guzmán realiza todos los años desde su santuario hasta la iglesia Loyola de Managua, donde pasará 10 días escuchando plegarias y siendo venerado por sus seguidores.

Domingo de Guzmán fue un misionero español que vivió entre 1170 y 1221 y que renunció a las comodidades de su familia para defender a los esclavos y necesitados de su época. El misionero fue canonizado por Gregorio IX en 1234.