MOSCÚ.- El humo de los incendios forestales convirtió hoy a Moscú en una ciudad fantasma, donde en algunos barrios la visibilidad era de apenas 200 metros y el intenso olor a quemado penetraba en las casas.
La nube de humo es tan densa que los visitantes de la Plaza Roja apenas pueden avistar las rojas murallas y torres del Kremlin o las famosas cúpulas multicolores de la Catedral de San Basilio.
Los turistas que viajan en los barcos que surcan las aguas del río Moscova apenas pueden ver la otra orilla, mientras en los edificios oficiales y de oficinas el humo se cuela en los pasillos y despachos.
Moscú había amanecido cubierta por un manto de humo en varias ocasiones en las últimas dos semanas debido a los numerosos incendios en la región, pero el cielo se despejaba con el paso de las horas y el aumento de la temperatura.
Pero hoy ni siquiera las temperaturas de cerca de 35 grados centígrados consiguieron elevar la masa de humo sobre la capital rusa, provocada por el aumento de los incendios en las afueras de la ciudad.
Algunos usuarios del tren metropolitano usan mascarillas o utilizan pañuelos húmedos para respirar mejor; muchos se frotan los ojos y carraspean con frecuencia.
Según el Departamento de Protección Ambiental del Ayuntamiento de Moscú, la concentración sustancias nocivas en la atmósfera supera en más de 5 veces los niveles máximos que establecen las normas sanitarias.
Las autoridades sanitarias han recomendado a los moscovitas que se abstengan de salir a la calle para evitar golpes de calor y utilicen mascarillas para prevenir problemas respiratorios, aunque en muchas farmacias éstas ya se agotaron.
Según la NASA, la capa de humo que cubre la capital rusa es tan densa que tiene la misma forma de los cúmulos que crean las erupciones volcánicas. De hecho, el humo de los incendios en la parte europea de Rusia ya alcanzó la estratósfera, es decir, una altura de 12 kilómetros.
El humo ha obligado a retrasar decenas de vuelos debido a la falta de visibilidad, lo que ha dejado en tierra a cientos de pasajeros. Los aeropuertos de Domodédovo y Vnúkovo tuvieron que rechazar más de 40 vuelos, que fueron desviados a Sheremétevo, mientras otra veintena de aviones no pudieron despegar, informaron las autoridades aeroportuarias.
Según las previsiones meteorológicas, el manto de humo no abandonará la capital hasta mediados de la próxima semana, cuando se espera que cambie la dirección del viento, que ahora sopla del sureste.
El ministerio de Emergencia informó hoy que el número de muertos por el fuego asciende a 52 y el avance de las llamas ha obligado al Kremlin a declarar el estado de emergencia en siete regionales del país.
Rusia vive la mayor ola de calor que se recuerda, con temperaturas que rondan desde hace semanas los 40 grados en la parte europea del país, donde no llueve desde principios de junio.
Además, los incendios forestales ha arrasado más de 700.000 hectáreas de bosques, mientras la sequía ha destruido más de 10 millones de hectáreas de cultivos, por lo que el Gobierno anunció la víspera la suspensión de las exportaciones de grano.